Ayer estuve charlando con Alejandro acerca de este proyecto y según avanzábamos en la conversación me daba cuenta de la envergadura de la travesía y su logística, tanto como del esfuerzo físico y mental que les supone, al mismo Alejandro y Pedro como deportistas así como al personal y gerencia del Club de Regatas de Cartagena.
Gracias al apoyo económico del Club pueden hacer frente al gasto que suponen las embarcaciones, material, electrónica, visados, hoteles, regresos, barco de apoyo y tripulación, etc.
Lo hablábamos mientras cambiábamos de vehículo las dos embarcaciones en las que –previa prueba Murcia-Almería-Murcia- afrontarán este reto.
Son dos barcos de Sipre, modelo Avedifree y detalladas en la página del fabricante en el capítulo de “competición mar”. Sus medidas son de 547 x 53 centímetros y el peso está en unos 13/14 kilos. El primer vistazo sorprende, no es un kayak al uso, parece basado en un casco de “promoción” con ajustes tendentes a la velocidad y al mar abierto.
La proa recuerda, especialmente en cubierta, al surfsky de la misma firma, estrecha y con rebajes para el paleo. Existe una elevación en proa visualmente extraña, posiblemente proveniente de un refrito de modelo anterior. Quizás se añora un poco de volumen, en surfeadas creo que se sumergirá más de lo aconsejable.La bañera es la usada en la Tintorera y Murano evolution, espaciosa y con tubo de rodilla, el cual en este kayak y con este propósito creo que estorba más que otra cosa. El asiento se ve cómodo y la riñonera muy grande, rígida y alta, con la posibilidad de ser recortada en altura, si llegase a ser el caso aunque en mi opinión para esta larga singladura es apropiada.
La cubierta trasera es insólita, se ensancha bastante en proporción con la popa, lleva un reposo tras el asiento, cuadrado y con gomas, apto para una bolsa estanca grande, y detrás el único tambucho con boca redonda, poco apto para meter tiendas de campaña u objetos mas largos de 35 cms. Recuerda esta popa a un surfsky regordete, nada enquillada sino redondeada y con timón de profundidad en el casco, tipo aleta de tiburón y gobernado por el clásico sistema de Sipre con pedalera. La ruleta de ajuste está por el exterior, expuesta innecesariamente.
El casco apunta a una ligerísima “V”, hay una diferencia muy marcada entre proa y popa y se podría decir que es redondeado en el centro , estrechándose mucho hacia proa y todo lo contrario hacia popa. La primera impresión es de estabilidad, hablando de gente con experiencia, creo que ellos, acostumbrados al surfsky, irán sobrados si van cómodos.
La principal ventaja de este barco –en mi opinión- para este proyecto es su reducido peso, aparente comodidad y velocidad. Por el contrario la rigidez dista mucho de la habitual en kayaks de travesía, pero no es este el propósito de este barco.
De los dos, uno está pintado en blanco y rojo con unos diseños negros como de trazo gigante de rotulador dividiendo los colores, realmente espectacular. El otro, en violeta y negro, tiende a lo gótico, realmente parecen kayaks distintos simplemente por su decoración final.
Personalmente creo que cumplen los requisitos de la travesía a la que están destinados: ligeros, rápidos, cómodos. No hace falta que sean duros ni rígidos pues no estarán expuestos a golpes o desembarcos, tampoco el timón de profundidad estorbará en desembarcos. Es un barco muy específico en el que lo único que podría, tal vez, mejorar, en volumen de proa.
Por supuesto los probarán a fondo antes de la enorme travesía que les espera, a mi me agota sólo el pensarlo. Mucha suerte a todos los integrantes del proyecto, y enorme agradecimiento al Real Club de Regatas de Cartagena.