Pues ya estoy de vuelta en casa. Una quedada estupenda. Y eso que yo no llegué a tiempo para navegar el sábado, con el buen día que hacía.
La verdad, me ha impresionado ese tramo de costa: acantilados, cuevas, arcos de roca, aguas cristalinas, praderas de poseidonia... No me lo esperaba tan chulo. Me encantó doblar un accidente tan emblemático como es el Cabo de la Nao y Cova Tallat es un sitio para verlo, más que para contarlo.
Y lo mejor: la estupenda gente a la que he tenido oportunidad de conocer: José, Julián, Pablo, Edu, Ismael, las chicas... O de volver a saludar: Rafanook (en la próxima me tienes que contar mucho más de los llauts de Tabarca y otras embarcaciones tradicionales del Mediterráneo) y Albertnook y, como no, nuestro reportero, el impagable PacoSkua.
Un placer navegar con vosotros. Hasta pronto.
P.S. Ah, y gracias al Espíritu del Tambucho por sus gestiones con la dirección del Hotel La Racona (bonito sitio, sí).