Cerdeña ya es un clásico para unas vacaciones con kayak. A medida que vamos agotando los sitios nuevos en la costas españolas vamos tirando un poco más allá en al afán de conocer.
El planteamiento del viaje ha sido como para otras islas mediterráneas cercanas: Baleares o Córcega. Pasamos la furgoneta en el ferry que parte de Barcelona. El viaje de ida estupendo porque se hace dormido en el camarote y se llega allí a media mañana o mediodía.
Debemos optar por hacer varios días de travesía seguidos, o movernos con el coche por distintos puntos. Optamos por esto último ya que nos da más opciones para evitar problemas de viento y mar. En general, la costa oeste me atrae porque tiene menos turismo, parece más natural sin urbanizaciones etc. pero el viento suele dar más problemas.
Nos han salido en total 10 jornadas de paleo, y al ir en furgo hemos podido rodear conociendo toda la costa de la isla incluso alguna zona dos veces pues la primera llovía y tuvimos que regresar después.
Aunque dormimos en furgo, Cerdeña se está convirtiendo en un lugar enemigo de la libertad de dormir donde quieras. En alguna playa pudiera haber problemas por lo que es mejor ir a sitios más tranquilos o escondidos. Incluso una vez, estábamos desayunando en un rincón de un enorme aparcamiento playero (sin haber dormido allí) y vinieron policías municipales a echarnos diciendo que no se puede hacer camping. Para mí, comer no es camping, pero para qué discutir si ya estábamos terminando.
En otra ocasión, como en las playas italianas no suele haber duchas públicas –sino de pago por usar sombrillas- al terminar tres días de paleo en Sta. María Navarrese, junto a un campo de fútbol donde por la noche se reúne la chavalería gamberra, hay basuras tiradas y una casa llena de pintadas; habíamos aclarado los trastos en un grifo y lo habíamos tendido en las barandillas de esa casa pintorrajeada. Para un rato sólo. Pues resultó que era del centro médico (estoy seguro que no se usaba) y alguien se quejó al Ayuntamiento, vino un funcionario estúpido a decirnos que fuéramos a un camping. Yo le mostré las basuras, los destrozos, las pintadas… y me cagué en los muertos de la persona que había llamado. Creo que no eran italianos porque éstos aguantan eso y mucho más, creo que eran unos jubilados alemanes que tenían cerca el coche aparcado… en fin.
En casi todo el Noreste, es decir, la zona pija, cobran por aparcar en las playas (a partir de junio en algunas, nosotros libramos)
Legalmente está prohibido acampar en las playas, algo así como en España, por lo que hay que ser discreto.
Incluso en una playa del golfo de Orisei (Cala Goloritze) a los amigos bretones les impidieron desembarcar. Nosotros como lo hicimos antes de que el guarda o lo que fuese se diese cuenta, simplemente nos dijo que deberíamos marcharnos antes que él, esto era por la tarde. Para que no te quedes allí a dormir.
En la famosa –por el color de su agua- playa de la Pelosa, que está en el estrecho para cruzar a la isla Asinara, cobran muy caro por estacionar en un tramo de más de un km de largo. Con la excusa del viento, nos fuimos a otro lugar cercano más salvaje, vacío y gratuito.
En fin, lo que quiero decir con todo esto es que evitéis la alta temporada veraniega. Por ello estuvimos entre mayo/junio. Aún así en los remansos de aguas turquesas del archipiélago de la Madalena iban a aparcar los barquitos de motor. La Madalena y todo el Noreste en pleno verano debe ser un incordio de embarcaciones.
Como anécdota diré que nos encontramos allí navegando con unos buenos amigos bretones, ¡qué buena casualidad! Y navegamos un par de días con ellos en la Madalena.
Y también que un día ampliamos el plan de navegación que tenía en mis mapas, y dimos la vuelta a la isla de Tavolara, que tiene mucho espacio restringido por ser zona militar (hay una base de comunicaciones de la OTAN) y nosotros sin saberlo previamente, tuvimos suerte que no nos atizaran una multa.
Sobre los sitios más “típicos” que se suele ir en kayak os diré:
-El golfo de Orosei. Lo cierto es que es espectacular, son muchos km sin nada urbanizado, de acantilados salvajes con vegetación y playas con un agua estupendo, amenizado con algunas cuevas (dos de ellas incluso se pueden visitar turísticamente dejando el kayak aparcado al lado). Odié las motoras que alquilan a cualquier idiota pues no hace falta permiso. Es buen sitio para kayak, protegido del viento (salvo cuando vamos nosotros)
-El archipiélago de la Madalena. Me gustó la isla Caprera y las demás islas del Noroeste. Lo bonito que tiene son las complicadas formas erosionadas de las rocas de la orilla. Puede tener complicaciones por los vientos. En verano debe estar infestado de turistas.
Otros lugares estupendos para navegar: la isla de San Pietro tiene unos acantilados muy interesantes. No tuvimos tiempo, cuando pasamos por allí estaba fatal de viento y lluvia.
El tramo entre Massua y Bugguerru. Es el “salvaje suroeste” o sea, lo contrario al pijo Noreste. Esta costa presenta una geología impresionante. Acantilados, cuevas y el islote “Pan di Zucchero” que nos cautivó, tanto que como la primera vez llovía, volvimos expresamente para hacerlo.
Para quien esté interesado, copio enlace del estupendo blog de Yanike, uno de los amigos bretones que escribe estupendamente –en francés- y pone muchas fotos. Una etapa que hicimos en compañía. Para ver otras, id adelante o atrás en dicho blog.
http://www.randonnees-kayak.fr/2019/07/sardegna-2019-una-nuova-avventura-chapitre-13-de-la-maddalena-a-caprera.html Y ahí va el primer video.
Llegamos a Porto Torres creo sobre las 12 y nos dirigimos directamente para rodear el cabo Caccia, que había visto en el Google formas muy interesantes. Fue un acierto total. Además, no había tiempo que perder pues los dos días siguientes estuvo lloviendo sin parar.
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