A mi no me toca nada cambiar el rumbo para no fastidiar a nadie. Pero si que es cierto que a veces, te darían ganas de salir y cantarles las cuarenta. ¿Van a aprender? ¿Vamos a aprender? no. Pues eso, viras y buscas librar la línea.
Otra cosa es que te pesquen, que también nos ha pasado. No hace tres meses, estábamos pescando en kayak cuando una motora, con sus ocupantes con sendas latas de cerveza en la mano, y ellos dentro de la cabina, largo línea. Nos había visto, pero... chillamos, pitamos con el silbato, remamos para librarla; pero pilló la línea de mi compañero, y como no se dieron cuenta, en la cabina se está muy bien cuando hace sol, o cuando llueve, o..., tiraron de mi compañero hasta volcarlo y arrastrarlo. Yendo en su auxilio, me di cuenta que llevaba otra línea y que, de no agacharme, me hubiera dejado un recuerdo en el cuello.
Cortamos el seguro de la caña de mi amigo, y me supongo la sorpresa ¡habían pescado una caña!. Y eso disfrutando de otras cañas.
Lo que quiero decir es que no estamos solos en la mar, algunas veces nosotros metemos la pata y en otras ocasiones son otros los que la fastidian. Por ello, el respeto es lo mejor. Y no cuesta mas que un poco de vista, y un viraje a tiempo.