Este año hemos paleado nuevamente al son de los Fenicios capitaneados por Alejandro Agüera desde el Club Mar Menor en Santiago de La Ribera. Partimos el sábado por la mañana con mar calmo y escaso viento, esta edición de la ruta ha sido diferente en cuanto no tenía una organización formal con inscripción económica, cada cual ha asistido libremente a un fin de semana de paleo amistoso.
Quizás el espíritu libre nos ha hecho sentir mas cómodos sin estar sujetos a una ruta fija y convirtiéndonos todos en organizadores y participantes al mismo tiempo.
Decidimos salir directos a la isla del Barón sin las acostumbradas paradas en Los Narejos y en la isla Perdiguera. En el Barón nos dimos un agradable baño y comida sin muchos miramientos, principalmente la ausencia de sombra nos aceleró la partida.
Un grupo de unas veinte embarcaciones representando a Sevilla, Málaga, Madrid, Alicante y Murcia marchando a buen ritmo por las cada vez mas calientes aguas del Mar Menor, según avanzaba el día y nuestro esfuerzo la sensación térmica llegó a ser de sopa, el agua estaba al final del trayecto a punto para los fideos. Pese a ello los baños fueron numerosos y la jornada se hizo muy cómoda.
A las cuatro de la tarde atravesamos el Canal de Marchamalo y salimos al Mediterráneo con la agradable sensación de aguas ondulantes y fresquitas proa al faro de Cabo de Palos.
El mar se portó bien y nadie pasó apuros hasta llegar al chiringuito de Cala Reona donde nos repusimos un buen rato y abordamos el último y escaso trecho hasta Cala Dorada, la primera cala en el parque natural de Calblanque con difícil acceso y en la que esperábamos encontrar un aislamiento total que no pudo ser, un grupito de jóvenes aficionados a la percusión molestaron a buena parte de los compañeros entre los que afortunadamente no me encuentro, yo mas bien hacía de diapasón roncador.
Nos quedaban ganas de jugar con las olas en la orilla, sin riesgo gracias al fondo arenoso y muchas risas.
Unos siempre van mejor preparados que otros en cuanto a la intendencia, son memorables las mesas de Alejandro con magra con tomate, zarangollo murciano (patata, calabacín, cebolla y huevo), tortilla de patatas, huevos fritos “in situ”, lomo adobado de Alquerías, bebidas de todos los colores, incluso hielo para los chorricos, que duro es este deporte.
Por la tarde llegaron Paco y Pepe que no pudieron salir con el grupo, y el domingo por la mañana otros tres que salieron de Cala Reona. A las nueve ya estábamos en el agua limpia y con ola floja hacia el sur costeando Calblanque. Durante la primera jornada nos acercamos a los treinta kilómetros, lo que nos permitió dedicar el domingo a relajarnos contemplando las hermosas costas del parque con sus largas playas de arena, acantilados negros, calas escondidas y fondo transparente, la calidad del agua pasmosa.
En la que llamamos Cala del Palo hicimos la primera parada y surfeos, probé la Creus de PacoCreus y me gustó mucho la postura de paleo, la comodidad del asiento y sobre todo el ajuste de rodillas, lástima de que le cueste tanto arrancar, aunque una vez en marcha avanza como cualquier otra y con la estabilidad de un ferry.
La segunda parada en la Cala de los Chorricos , bocata de atún y tomate, baño y risas. Hasta Portman el último tramo de empopada, rostros sonrientes por doquier, conseguimos cargar y llegar a La Ribera a buena hora para bañarnos en la piscina del polideportivo y comernos una estupenda paella de marisco.
Los de Sevilla salieron pitando para el partido, Ignacio con cara de hambre pero contento, y por cierto como andan las Perception de plástico con tíos paleando encima. Me alegré de no llevar el groenlandés, muchas horas sentado y equipaje precisan de un kayak específico para travesía como mi fiel Skua, hay que ver lo bien que fui después de una semana temblando en el SOF.
La nota tropical la puso Robert con su canoa out rigger, un auténtico monstruo de la velocidad con sus 31 cms. de casco y siete metros de longitud, daba una palada por siete nuestras, sentado en todo lo alto y sin mover un pelo.
Gracias a todos los amigos y en especial a Alejandro-Borat por su siempre estupendo humor y disposición, hasta la próxima.