El sábado pasado sopló el viento en todo el país, en Murcia tuvimos sol pero el viento azotó desde el Noroeste con rachas muy fuertes. Se nos ocurrió que podríamos salir desde Los Alcázares en el Mar Menor para cruzarlo “downwind” hasta Cabo de Palos.
Yo me llevé el doble tradicional con las palas de madera, también me eché la liminar Aircuatic por si a mi acompañante no le apeteciera ir en ese plan.
A pie de playa la sensación errónea de que el viento había bajado nos engañó, es cierto que a las nueve de la mañana se produjo una pequeña interrupción del vendaval acentuada por la protección de los edificios costeros. Eso nos motivó a olvidar el tema logístico de llevar coches a la otra punta de la laguna, volver, etc, y salimos dirección a Los Alcázares, a unos ocho kilómetros que cubrimos sin mucha dificultad al principio, luego el viento subió mucho.
A la vuelta, por lo menos a nosotros, nos costó mucho gobernar el kayak de casi siete metros sin timón empujado lateralmente por rachas de 19 a 25 nudos, la proa buscaba el origen del viento aunque nos pegábamos lo máximo posible a la orilla buscando la protección de la vegetación ribereña. Durante tramos largos mi compañero Jesús, que iba delante, solamente paleaba por la izquierda, usando la pala groenlandesa como si fuera de usa sola hoja, canteando y haciendo timón todo lo que podíamos, pero que palizón.
Nuestros cuerpos burgueses no son los de aquellos inuits, y el respaldo después de tres horas fuertes de paleo con viento frío nos machacó, esta semana entera me acordaré del sábado dichoso. En muchas fotos de kayaks dobles y triples tradicionales aparecen los tripulantes con palas de una sola hoja, y ahora creo que es por la dificultad mucho mayor de dirigir estos barcos frente a los individuales, no digamos con viento de costado.
Todas estas penas se disiparon en el establecimiento mas surrealista del Mar Menor, “El Chupas”, en su casa particular del Llano del Beal nos montó una comida a base de ensalada, pelotas, almejas en salsa y dos grandes fuentes de conejo al ajillo con patatas y postre. Este sitio es imposible de conocer si no te llevan, y con seguridad provocaría un infarto instantáneo a cualquier inspector de sanidad no precavido, pero que rico.
Moraleja: para el kayak doble en mar abierto o con viento palas “europeas”, para el río y paseos, tradicionales.