Esta mañana, durante unos entrenamientos en el mar menor, a un chaval le pasó lo que se aprecia en la foto adjunta.
Una bracsa con muuuuuchos años. ¡hombre, no hay pala que dure para siempre,ni cuerpo que lo resista....¡
Por suerte para él no tuvo que volver a la orilla a mano, le dejé la mia para que no se cayera (por cierto no sabía remar con ella, si es que estos niños....)y yo me volví con esta a cambiarla en el club.
Parece mentira, incluso con el muñon este se puede remar algo, desde luego mas que con las manos.