Este verano junto con unos compañeros hicimos un viaje en kayak por Croacia, se trataba de dar la vuelta a la isla de KRK, al norte de Croacia.
Después de ver distintas opciones, viajamos en “ferry” desde Barcelona hasta Livorno, los kayaks iban en los coches y no se paga por ello, según cuando saques el billete incluso el coche te puede salir gratis. Escogimos camarotes de 4 personas, pues el viaje dura unas 20/22 horas, casi siempre es algo más de lo que dice el billete.
Una vez en Livorno, seguimos por carretera hasta la isla, que tiene acceso por carretera, pues está unida al continente por un puente. No recuerdo la cifra exacta de kilómetros, pero unos 550 Km. En definitiva tienes que contar dos días de viaje.
El billete ida y vuelta por persona salió por un poco más de 200 €, a lo que hay que sumar el gasto del combustible, peajes, y comida. Para dormir dos noches en un camping de la Isla, donde se quedaron los coches y el resto en las playas, según íbamos avanzando en la travesía.
Estaban previstos siete días de paleo, para dar toda la vuelta a la isla, incluyendo una más pequeñita que está al sur de la misma, a una media de unos 25Km. por día, al final se quedaron en cinco días, pues los dos últimos se levantó viento del NE (Bora) bastante furibundo por aquellos lares, y al ser un grupo de 10 kayaks, con distintos niveles de técnica y fuerza, no quisimos arriesgar a quedarnos bloqueados el último día, que por cierto finalmente se cumplieron las previsiones y soplo de lo lindo.
Cuando cruzamos el puente que une la Isla con el continente, el último día, con los kayaks en las bacas, daba miedo, como soplaba, temíamos que los kayaks saliesen volando, como para estar en el agua debajo del puente en esas condiciones…, además había tres kayaks que no llevaban ni orza, ni timón, ya sabéis…. “No si este kayak no lo necesita…”, ya, ya…, algunos conocéis el tema…, ojo cuando se hace travesía, con estos temas, si eres un/a “crac” “megacrac” vale, pero ya digo ojo al dato…
Por otra parte, precisamente por esa zona al ser un mar muy protegido, suele ser como palear por un pantano, pero, siempre hay un “pero”, el problema es el viento concretamente el llamado “Bora” un viento de NE, que azota, cuando sopla” la parte Este de la Isla, de hecho la parte Oeste de la misma es bastante verde y la Este es muy árida, con paisajes como desérticos, el contraste es muy interesante, siempre que la cosa esté calmada, de lo contrario, mejor no estar por allí, por lo que leí el bora es muy temido en el invierno, pero en el verano también puede soplar, aunque normalmente sólo uno o dos días, que fue exactamente lo que nos pasó, no sopla tan fuerte como en invierno, pero por lo que vi, ya es suficiente para ir con bastante cuidado.
Además al comienzo del viaje tuvimos el contratiempo que uno de los coches rompió la bomba del agua, por lo que hubo que dejarlo en un taller de Italia, afortunadamente fue a la ida y había tiempo de arreglarlo y recogerlo a la vuelta, debido a esas razones dimos por concluido el viaje al sexto día y así disponer de un día extra para recoger el coche averiado y volver a Livorno con más tranquilidad.
Como he dicho éramos 10 kayaks: 5 Seayaks, 1 Touryak, 3 Láser y el mío (Big Boy), todos se comportaron muy bien, con una gran capacidad de carga, el segundo día de travesía, en la parte Oeste de la Isla, salimos de Njivice (camping) y dimos la vuelta en sentido contahorario, tuvimos viento de Sur (F5) con rachas de 6, que nos entraba de proa, pero que hacía difícil el avance, sobre todo para los que llevaban palas “euro”, tres íbamos con “groe” y la verdad es que se agradece en esas situaciones, lo que nos hizo retrasarnos sobre el plan inicial, afortunadamente el resto de días sin problemas y pudimos recuperar el tiempo inicial perdido, hasta las dos últimas jornadas, en las que ya no había posibilidad de recuperar nada, además del hándicap de no poder fallar para recoger el coche averiado y coger el ferry en tiempo.
A parte de eso calor, y un par de tormentas que también pusieron a prueba la “impermeabilidad” de las tiendas, la mía del Decathlón, (T2) de unos 30€, aguantó perfectamente, eso sí, los vientos a los kayaks, o a piedras directamente, pues estábamos acampados sobre el cemento de un pequeño puerto pesquero, además del agua también sopló bastante, la tienda se movía de lado a lado, pero aguantó bien.
La Isla no gustó bastante, con las suficientes infraestructuras, pero sin excesos urbanísticos, no es que el paisaje sea excepcional, pero al no estar urbanizada hasta la bandera, como desgraciadamente pasa en muchos otros lugares, tiene el encanto más que suficiente para merecer el viaje, la calidad de sus aguas, eso sí, excepcional, siempre claras y cristalinas y a la temperatura ideal, para el baño, ni demasiado fría, ni tan caliente como en el Levante español, ya digo perfectas. Playas de arena casi ninguna, en muchos casos cantos rodados, pero sin problemas, además de la ventaja de no acabar con todo el kayak y equipaje lleno de fina arena, que personalmente no me gusta nada.
La moneda oficial la “kuna”, un euro equivale a algo más de 7 kunas, aunque en algunos sitios admiten euros, mejor pagar en la moneda local, hay muchos puestos de cambio, y por lo que vimos uno de los mejores sitios para cambiar eran los grandes supermercados, en los que había oficinas de cambio, con unos tipos de cambio muy ventajosos. También se puede pagar con tarjetas, yo personalmente no lo hice, pues no controlas las comisiones que luego te puedan aplicar, ya digo yo pague todo en efectivo y con kunas, para evitar sorpresas. La gasolina algo más barata que aquí, y mucho más barata que en Italia, mejor salir con el depósito lleno en España y volver a llenar en Croacia.
La comida, sin problemas, con bastante influencia de la cocina italiana, buen pescado, los calamares fritos están de muerte, y muy buenos helados… los precios algo más bajos que en España, respecto del idioma, a parte del suyo, que lógicamente pocos entenderéis, entre el inglés y el italiano te desenvuelves bien.
Por lo demás nada especial, no tuvimos problemas para dormir en las playas, pues al no estar la isla con el nivel de urbanismo al que estamos acostumbrados, tienes suficientes lugares para pernoctar sin que te moleste nadie, basta con alejarse unos km. de los pueblos, en la parte Este, tienes más limitaciones por lo escarpado de la costa, hay un tramo de unos 11 km, en los que ni siquiera hay playas para un pequeño descanso, eso sí ovejas que parecen cabras, lo digo por los lugares a los que se suben, y buitres “vigilando tu paso” esperando un pequeño fallo para disponer de cena gratis, ojo a esa parte de la isla, con mal tiempo (viento) no seas que pases a ser el menú de nuestro amigos, hay una reserva de buitres y ya dicen en unos carteles, que te encuentras, que no los molestes, ni ganas que te dan….
La vuelta sin mayores contratiempos, como habíamos ganado un día, dio tiempo para visitar Lucca y Pisa.
En la próxima entrada unas pocas fotos, para que os podáis hacer una idea del paisaje de la Isla.
Saludos a todos.