Santy, ahora no te debes martirizar pensando si podrías haber hecho algo más. Tú mejor que nadie conoces tus límites y has visto la situación en primera línea. Los demás hablamos desde el otro lado del ordenador, imaginando la situación y cada cual con sus experiencias.
El tema al que haces referencia, de que se te quedó lo de "primero yo, luego yo, ... y al final el otro" está aquí
http://www.kayakdemar.org/index.php?topic=13917.0Y lo enlazo para que se lea, si hace falta de nuevo, y cada cual saque sus conclusiones.
Por suerte en él han intervenido personas que trabajan o han trabajado en rescates y, al menos a mí, me han hecho cambiar el orden de actuación que venía pensando.
Dicho esto, lo veo como explica Timón, basándome en lo que has explicado del suceso.
Alguien que ve que se empieza a hundir y no es capaz de al menos mantenerse a flote tratará de ir hacia donde ve que está su punto de salvación más próximo. Y ya se le pueden dar todas las órdenes que se quieran, que será muy difícil que en tal momento se tome su tiempo para razonarlo calmadamente y actuar en consecuencia.
Por otro lado tú y los que hayan leído tu relato sacarán algunas conclusiones. Los chalecos para ir en kayak, son específicos para tal actividad, y los que tienen una cinta para la entrepierna, como habrás notado, no te aportan esa ventaja de poder quitártelo si estás sentado (tan importante es llevar el chaleco bien colocado como poder quitárselo rápidamente si es necesario, o así lo veo yo, por los motivos que sean). Los de cinta de entrepierna están pensados para una vez en el agua, así ayuda, tal cinta, a que no se te suba por encima de la cabeza (como a algunos les sucede, pues llevan el chaleco, con o sin cinta de entrepierna, mal colocado, sin fijarlo a la cintura). Los libros técnicos están plagados de estos detalles, o sea, chalecos que si van mal colocados (apretados donde deben ir), se salen directamente por la cabeza una vez la víctima en el agua.
Cambia el chaleco, o no te pongas la cinta de entrepierna hasta una vez estar en el agua, flotando tú.
Y lo que venimos diciendo, la importancia de hacer prácticas (no todo es palear, e ir de aquí para allá, sin más), para ver cómo se comporta nuestro equipo en las más variables condiciones. Ver qué le sucede a nuestro kayak si volcamos, y le entra agua, comprobar cómo flotas con el chaleco, si te cuesta volver al kayak, ver si eres capaz de achicar el kayak, o vaciarlo del agua que le haya podido entrar, incluso estando uno en el agua, etc...
Todo esto no deben ser simples textos que leemos y seguimos a otra cosa. Cuando vamos al agua, hay que imaginarse todas las situaciones habidas y por haber, y practicar todo lo posible.
Todo esto, por supuesto, son detalles en los que debemos fijarnos, todos, desde el más principiante hasta el más experto. No es ninguna riña hacia ti, bastante ya has tenido con lo que has pasado.
Noja: El flotador de pala, hinchable en este caso, tal como pides.
Pero como si llevamos una botella de dos litros vacía, y cerrada. Serán dos kilos de empuje hacia la salvación, tuya o de otros.