Hoy hemos salido Pablo, Pepe, Vicente, Eduardo, Anto, Marco, Paco y yo desde la Ribera, algo después de las nueve. Mientras esperábamos a los últimos en la orilla de un mar plácido y sin viento, he tenido que quitarme la térmica y salir con la lycra de manga corta y chaleco, lo siento por los del Norte. Anto me ha prestado durante toda la travesía la pala groenlandesa que se fabricó en Diciembre, y además no he bajado el timón en todo el trayecto con lo que he disfrutado como un enano. Al no tener experiencia previa, he intentado usarla lo mas silenciosa y sécamente, intentando reducir al mínimo el chapoteo. Durante la primera media hora no demasiado bien, creo que porque la técnica adquirida con la pala clásica me impedía buscar la apropiada para esta pala. Lo mas curioso ha sido a los 4 o 5 kilómetros cuando he intentado cambiar por la mía, y sorprendentemente la he encontrado incómoda, mejor dicho, mas difícil de controlar. Es como si la distancia de la mano hasta la superficie de la pala fuese inmensa, o como si llevara un palito con palas en los extremos. El caso es que la esquimal la noto muy equilibrada, compacta, mas integrada con mis brazos y el agua. La diferencia principal es, creo, esa: te une mas al agua.
Además he notado que me he cansado menos, y no he llevado un ritmo lento. Un poco de dolor en el hombro derecho por las dudas del comienzo, y un callo nuevo en la parte media del pulgar derecho, en realidad ampolla, ya veremos si llega a callo. De momento el sábado que viene nos vamos al Centro Deportivo con los maderos y herramientas, para hacer la primera sesión "por libre" de construcción, bajo la tutela de Anto y el sistema de Xavier que tan buenos resultados ha dado.
En resumen, una mañana estupenda, Anto ha llevado un gps y la primera mitad del recorrido, casi 11 kms. ha dado una media de 6´5 kms/h y puntas de 9 y algo, en manga corta.