sobre la masificación de la que habláis, yo he salido varias veces por playas de Lepe y no me he cruzado todavia con un kayakista, desde que me he aficionado y he ido a otras playas aunque sea sin kayak me he fijado en la escasez de este deporte, en la mayoría de los casos no he visto ni un kayak.
Hace catorce años, el mío era el único kayak que navegaba desde Roquetas hasta la Rabita (unos treinta kilómetros de costa). hoy es fácil ver más de treinta en una milla a la redonda (y casi todos dedicados a la pesca).
El pensar que tampoco molestamos a nadie, es también absurdo.
El 90% de las veces, embarco y desembarco desde una pequeña, centenaria y tradicional barriada de pescadores. Antiguamente solo había "chabolas" y casas artesanales de pescadores, sin escrituras, ni regulación urbanística. Hace un par de décadas, la presión urbanística y el turismo afectó a estos pescadores (de padres, abuelos y bisabuelos pescadores y todos nacidos y criados allí), quedando sus humildes casas salpicadas entre chalets y apartamentos. Sus aparejos y embarcaciones, que antiguamente los dejaban en la misma playa, ahora los tienen que recoger a diario, significando el doble de trabajo para ellos.
Cada vez que se echan a la mar, tienen que arrastrar sus pequeños botes, desde sus casas hasta el agua y procurando hacerlo antes de que la playa se llene en época estival de bañistas, pues estos últimos tienen preferencia sobre ellos, al no tener esta playa canal náutico. Su zona de pesca son unas cuantas piedras a media milla de sus casas y acceden a ellas a remo, aunque algunos que ya son muy mayores, han equipado sus botes con un pequeño motor de cinco caballos. Estas piedras les han dado para sobrevivir dignamente durante generaciones.
Como he dicho, embarco y desembarco casi siempre desde esa playa y pesco desde hace tres años. Me conocen todos y saben que pesco exclusivamente al curri y nunca en esas piedras, sino que voy costeando a unas ocho a doce millas (según el día) y vuelta. Cuando llego a la playa se acercan, hablamos del día que hemos echado, de la pesca, etc. de una forma muy cordial (incluso diría familiar), nunca he tenido ningún problema con ellos, que incluso en días con oleaje y de desembarque "complicado", se han metido en el agua para ayudarme a aguantar el kayak. Sin embargo, la afición de la pesca en kayak se ha disparado en la zona en los últimos dos años. Ayer mismo, había unos quince kayaks parados en esas piedras, pescando a fondo. Esas piedras por supuesto, no son propiedad de esos pescadores tradicionales, pero llevan siendo su sustento desde siempre. Ellos no pueden desplazarse más lejos y sin embargo los kayaks si pueden ir a otras piedras, en otro punto de la costa (con sus coches). Por supuesto, seguro que son ellos los que ahora están llamando a la Guardia Civil, cuando estos kayaks regresan a la playa (entre la presión urbanística, el turismo y ahora, la pesca de estos kayakistas, "están ya hasta las narices").
Cuando con nuestros kayaks de travesía desembarcamos en calas inaccesibles, no somos conscientes de que estas, al no tener presión humana (nada más que la nuestra), suelen ser playas de desove de peces, anfibios y aves. ¿Molestamos? (seguro que si). A veces vamos solos, pero a veces en una "quedada" vamos veinte kayaks y ocupamos toda la cala entera ¿Molestamos más? (seguro que más).
Incluso molestamos a bañistas, que se exponen por senderos casi impracticables (algunos de varios kilómetros), para acceder a calas para tomar el sol desnudos o en compañía íntima de su pareja. Nosotros impunemente llegamos a la playa sin más complicación, que lo haríamos en otra cualquiera. Cuando me encuentro en esta situación, evito desembarcar en esa playa y busco otra opción para evitar molestar (a fin de cuentas, a mi me cuesta mucho menos hacerlo que a ellos). No hay exclusividad de nadie sobre esas calas, pero es cosa de ser algo "civilizado" y respetuoso con los demás.
Con todo esto, estoy convencido de que si las autoridades les preguntan a estos ciudadanos (los bañistas y los pescadores de antes), sobre la regulación de los kayaks, lo exigirían sin dudarlo. Podemos pensar que a la administración no le hace falta consultar a nadie para imponer una regulación y todo es recaudatorio (que también), pero si viviésemos en una sociedad "auténticamente democrática" y sometiesen a referéndum a la población de regularnos o no, tenemos las de perder, pues somos minorías.