Autor Tema: Cala Cerrada  (Leído 1388 veces)

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Desconectado Alfonso

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Cala Cerrada
« : 30 marzo, 2009, 18:02:06 pm »
El sábado pasado la previsión meteorológica daba poco movimiento hasta las 12.00, hora en la que comenzaría el viento de Poniente en Murcia con lluvias a lo largo del día. La lluvia comenzó a las cinco de la tarde (y todavía no ha parado) pero el viento se retrasó un poco.
Salimos desde El Portús, cerca de Cartagena en dirección al Cabo Tiñoso en línea recta y al doblarlo costeamos bajo los acantilados hasta Cala Cerrada, unos 10 kilómetros medidos con GPS y a buena marcha. La idea era esperar al viento y volver con olas, la peña con la que salí no es nada palillera así que me llevé mi pala Aircuatic clásica con una hoja que parece la pala del horno, casi dos años sin mojarla en serio llevaba.
Es bueno de vez en cuando cambiar, la perspectiva siempre desde el mismo punto puede dar lugar a conceptos muy extremos, arriesgados. Palear con groenlandesa es dulce, relajado, indoloro, bonito, cultural y muchas cosas mas, pero clavarse, lo que es clavarse en la ola, pues no, al menos ni la mitad que la hoja grande clásica. Y se necesita, yo lo necesito,  este clavarse para poder coger las olas y que no te pasen, y no perderte ninguna ni, por supuesto, perder de vista al resto de compañeros que han elegido ese día y esas circunstancias para disfrutar surfeando y no esperando al último.
Llegar bajo el faro de Cabo Tiñoso nos llevó poco tiempo con el viento moderado en contra, pasamos cerca de enormes cargueros fondeados con varios nombres tachados consecutivamente y risas; Uno decía desde lejos: “Se llama tal…” y según nos acercábamos se adivinaba un número bajo el nombre, a ver quién lo descifraba antes demostrando su agudeza visual, “ahora veo el nombre, ahora veo yo el número…y ahora veo yo… EL BARCO”.
Al doblar el Cabo nos esperábamos un poco de movimiento pero nada, tranquilamente hacia nuestro objetivo cruzándonos con pescadores-funambulistas-cabras locas situados en sitios imposibles, retando al equilibrio y a lo razonable desde muy cerca, yo creo que mas que un sitio bueno intentan una recompensa al valor demostrado simplemente por llegar allí, y luego volver entero. Quizás ellos piensen lo mismo de nosotros.
En Cala Cerrada como de costumbre estaba fondeado un barquito de buceadores de La Azohía, es un sitio ideal para iniciarse. En la playa de piedras tomamos el sol y el desayuno largo y tendido, hasta salió una sombrilla y una botella de ron de un tambucho y entre unas cosas y otras pasamos un buen rato.
Me lo pasé de miedo en la vuelta, ya estaba un poco aburrido de ir último con este grupo, gracias a la pala clásica mi proa no se retrasaba y sin soplar el viento que los demás esperaban, disfruté surfeando como hacía mucho tiempo. La verdad es que teníamos una representación puntera de kayaks ibéricos a excepción de Goltziana:
Sipre Murano carbono y Tintorera, Fun-Run Skua (2) y Draken, y todos fuertes menos yo.
Surfear es muy divertido, me gusta la expresión inglesa “downwind”, o ir con el kayak viento abajo (suena mejor que “a favor”). Nada que ver en estas circunstancias meter una hoja grande sobre la que tú te empujas al deslizar de la groenlandesa, me sentó esta travesía como un bote de pundonor concentrado, que gusto ir fuerte con el resto. Luego un Neobufren y tapas de jamón, queso, lacon, ensalada, chorizo y embutidos nada calóricos, asiático de Baileys y a tu casa.
Y lo mejor es que todo esto nos lo tomamos con el grupo de pescatas amigos que echaron la mañana por la zona y encontramos a la salida y llegada, a ver si organizamos algo para todos sin coña, y sin cañas.