Hay constituciones que heredamos ,y no podemos luchar contra eso, si tus padres son gruesos tu heredas esa anatomia ...
Desde luego la genética de cada uno va a influir en este asunto, pero no es determinante. Influye más la relación con el medio, en este caso, qué comamos y en qué cantidad.
Puedes tener unos padres y antepasados que por vivir en tiempos de bonanza y tener capacidad hayan podido alimentarse sin falta alguna de nutrientes e incluso comiendo de más, o sea, que podrían llegar a estar gordos, más o menos, pero por encima del peso recomendable (en general, sin entrar en deportes específicos y tal. O sea, para el común mortal)
Pero por mucha buena genética que hayas heredado si te toca vivir cuando las vacas flacas, será difícil que llegues a engordar, y diría imposible estar obeso. Mirad las personas en tiempos de guerra, o los prisioneros en campos de concentración y demás.
Si no hay alimentos que ingerir, esto es calorías principalmente, amén de nutrientes (vitaminas, ...), lo digo porque hay quien ingiere calorías de más pero aún así puede estar mal nutrido, por culpa de una dieta incorrecta, pensemos en gente que come demasiada bollería por ejemplo, no hay energía que podamos ir almacenando, y estaremos gastando la que tenemos. Total, en esas condiciones lo más normal es adelgazar. Y si la cosa es grave quedarnos literalmente en los huesos.
Respecto a constituciones y si heredamos o no de nuestros antepasados, yo te puedo decir que mis abuelos tenían unos huesos más gruesos que los míos o los de mi hermano. Y mis abuelos han crecido en la posguerra, y me han dicho que pasaron hambre muchas veces. De ahí se deduce que no pudieron comer todo lo que querían o necesitaban, al menos mientras crecen.
Por contra, a mí o familiares de mi generación, nunca me ha faltado comida, eso sí, nunca he sido muy comedor, al menos mientras uno crece (juventud y adolescencia), he sido lo que se dice un tirillas ... hasta ya siendo adulto y cambiada la forma de vida.
A lo que quería llegar es que nuestra constitución tiene mucho que ver con qué solicitemos al cuerpo. Si, como mis abuelos y muchos otros de su generación, empiezan a trabajar siendo niños, hablamos que ellos empezaban a trabajar con 13 años, incluso menos según los casos. Y lógicamente no eran trabajos intelectuales, sino físicos. Pues entonces el cuerpo o se adapta a ese esfuerzo o, literamente, se podría romper.
En cambio mi generación, los mayores esfuerzos físicos serían en clase de gimnasia, en el gimnasio quien así lo hiciera y, en general, en la actividad normal de todo niño mientras está creciendo. Bueno, recuerdo irles a ayudar a coger las patatas a mis abuelos, pero mientras ellos lo tuvieron que hacer por necesidad cuando jóvenes, yo lo hacía casi como si de un deporte se tratara. Y los sacos pesados no nos los hacían cargar a los niños, o los cargaba un adulto o directamente al tractor.
En fin, que la constitución que ellos tenían, como muchos otros de su generación, se debe, por un lado, a la exposición al esfuerzo físico ( el cuerpo busca la manera de adaptarse para poder soportar ese esfuerzo, es el mismo proceso que cuando hacemos pesas por ejemplo, haces pesas y los músculos crecen), y por otro, a la cantidad de nutrientes que hayan podido ingerir. Si no ingirieran los nutrientes mínimos el cuerpo no podría crear componentes de la nada (en el ejemplo de antes, con pesas, si no tomamos las suficientes proteínas va a ser difícil que las células musculares puedan crecer o reproducirse).
Por cierto, para quienes les interese este tema; nutrición, y concretamente buscando adelgazar, hay un programa en la tele titulado Doctor Romero.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/doctor-romero/doctor-romero-programa-1/4133744/Se pueden ver, en sus varios capítulos, que lo más difícil es lograr que el paciente cumpla al 100% el plan. Son numerosas las muestras de debilidad, o mejor dicho, las tentaciones, las cuales los profesionales intentan atajar como pueden. Pero tened seguro que esto es ciencia, y dos más dos siempre serán 4. No 10, ni otro número.
Por cierto, que casi se me olvida, si no fue en este programa fue en otro que también iba de personas con obesidad intentando adelgazar. Explicaban que al engordar, los adipocitos (células que almacenan grasa principalmente, y más concretamente la grasa amarilla, que su función es de reserva energética, pero que en demasía son perjudiciales, claro) soltaban una enzima que genera apetito, por lo tanto era un bucle cerrado: más gordo = más hambre = más gordo = más hambre ...
Ese bucle, en nuestra sociedad actual es difícil de cortar a menos que seamos muy exigentes con nosotros mismos, ya que lo que suele pasar es que si tienes hambre tiendes a comer, más que nada porque pensamos "si tengo hambre es que necesito comer", que es un razonamiento lógico o natural. Pues en ese documental explicaban que no es que tuviésemos hambre, sino que muchas veces se trata de respuestas emocionales, todo ello relacionado con nuestra estabilidad psíquica, es decir, que responde más al estado de nuestra mente, en fin, hablando en plata, que hay gente que come ya sea por nerviosismo, ansiedad, ... todas esas situaciones mentales hacen que sientan hambre, y para ellos, comiendo calman esa ansiedad y demás procesos mentales.
Ese bucle era fácil de atajar en la naturaleza, cuando el hombre podía comer en contadas veces. Podía ser que durante ciertos momentos tuvieran alimentos en cantidad, se empacharan y crearan reservas (grasas), pero desde luego lo más seguro es que luedo de eso vinieran ciertos momentos en donde no podían ingerir lo necesario, ya sea porque no podían cazar, o mismamente al cambiar de territorio, ... En estos momentos el bucle anterior se cortaba, pues era cuando sus cuerpos tenían que tirar de las reservas almacenas, si es que las tenían. Quienes no las tenían seguro que no llegaban al destino donde podían volver a comer en cantidad.
Y esa es nuestra evolución y cómo hemos llegado a ser lo que hoy somos.
jílar dixit