El barco procedía, vacío, de Bilbao, para cargar en la terminal de Repsol de A Coruña 6.000 toneladas de algún producto químico sin especificar.
Normalmente no hay propulsores "de reserva" en un buque de esas características. Existen propulsores en paralelo y varias hélices en buques mercantes destinados al pasaje y cruceros e incluso en proa, pero si por ejemplo se daña el cuadro eléctrico de los grupos esenciales, o caen los generadores, sabe dios cómo lo llevan, te quedas igual a la deriva. Nunca sabrás porqué se ha quedado éste buque a la deriva, te contarán cualquier historia. La compañía alegará causa fortuita e imprevista.
Hasta que la naviera no autorice al Capitán solicitar un rescate, no se solicita rescate. Cuando el Capitán informe a la naviera que no puede gobernar el buque, la naviera intervendrá contratando sus remolcadores. En éste caso como en muchos, se prefiere encallar, la compañía de seguros paga. Entre otras cosas, las verdaderas causas nunca las sabrás porque la compañía de seguros investigará y los de la naviera no son bobos y hay que cobrar. Han pasado inspección del seguro.
El ancla funciona cuando hay calado para hacerlo, a resguardo y no hay bajos alrededor. Con una mar embravecida y sin resguardo, puedes acabar con el ancla, la cadena y el molinete en el fondo y la proa o la popa reventadas.