El cerebro del humano, aún en sus variables más deterioradas y aturdidas como la nuestra (de Tito, Manel, Kike y Rulo en particular), es muy selectivo, en poco se olvida de la fatiga, la inquietud y las preocupaciones y se queda con los buenos momentos compartidos con la insustituible gente que los ha permitido experimentar. Y, curiosamente, lo mismo hace con los errores cometidos por otros, improvisaciones, chapuzas de toda índole y defectos que vuestra mente ahora ha preferido olvidar (mejor, mejor, je je). Afortunadamente, implicar al Concello de Ribadeo, en particular a Paz y David (concelleiros) e Ivan (técnico-factotum de deportes), a su agrupación de Socorristas igual que al de Barreiros con la suya, y no en menor medida al Real Club Náutico de Ribadeo ( y a su máxima autoridad, además, habilmente gobernando el timón de su mejor zodiak) , garantiza que nuestros fallos queden desvaídos entre tanta eficacia y profesionalidad puesta sobre el papel.
Lo dicho, reiteramos primero nuestro agradecimiento a todos, colaboradores y asistentes pues con tan buen rollo es muy difícil que a uno no le entren ganas de repetir esta aventura, y en segundo término lamentar la ausencia de tantos amigos que por tan diversos motivos (incluidos la inmensa mala pata de Pepe Bena, y ya van dos¡¡¡¡) no nos han permitido disfrutar de su compañía.
(PD: seguid poniendo fotos, porfi)