Con el Paco es que da gusto ir, menudo entusiasta. Nos gusta hacer un par de nocturnas en verano, es algo diferente y muy bonito. Hace dos años me pilló veraneando en Mazarrón, un sábado. Yo salí como todas las mañanas al amanecer en mi Prijon Millenium a pescar frente al puerto deportivo, amaneciendo espetones y con luz obladas. Detrás de la isla, como a un kilómetro de la costa y a las siete de la mañana se me lió el curri por la izquierda, me puse a recoger y una ola cab***a me vino y me volcó. Lo primero que noté al sacar la cabeza del agua es que no tenía las gafas, y yo soy miope. Después de la aventura de la reentrada,etc, salí a la orilla como a las ocho y me pusé las de sol, graduadas por supuesto. En la óptica abrían a las diez e hice tiempo hasta que por fin me atendieron. Yo no buscaba ningún modelo determinado, sólo el más rápido, pese a ello no estarían listas hasta el próximo lunes, y por la noche tocaba nocturna.
Durante el día me dediqué a quitar de las gafas de bucear la montura de silicona, y dejar solamente el armazón con los cristales, también graduados. Y así que hice la nocturna con mis gafas de sol a veces y otras con las de bucear. La movida fué a las dos de la mañana de sábado cuando tenía que ir con el coche desde el Mar Menor a Mazarrón, cuarenta kilómetros de sábado noche veraniego, y no sabía con que gafas afrontar un posible encuentro con la Guardia Civil, al final opté por las de sol, menuda historia.
Y todo por g*****, porque recorrí innumerables puestos de los mercadillos buscando la cinta de neopreno sujetagafas de un euro, porque me jodía enórmemente darle mil pesetas al Decathlon por una miserable cinta de neopreno, que al final me salió cara. Ahora llevo cintas de esas por todos lados, encima de la bañera, en el coche, el chaleco, la gorra, etc. Eso después de haber perdido al menos tres pares de gafas en el mar, mi oculista está mas contento conmigo...Alfonso historietas.