Mil gracias al maestro shaolin por molestarse en quedar conmigo, por introducirme en este mundo, por dejarme probar sus kayaks, por enseñarme todo lo que me ha enseñado y por compartir una tarde en la que he descubierto una actividad increíble.
Un bonito entorno, posibilidad de probar distintos kayaks, tiempo perfecto, caña final y la mejor compañía.
Con personas así da gusto.
No será la última vez.
De nuevo MIL GRACIAS MAESTRO