Está claro, hay kayaks más y menos estables, más aptos para velocidad y competición o para travesía o paseo relajado.
Todo esto forma una escala progresiva por la que el palista avanza, o no, y cuando ya no progresa más, ya sea por falta de aptitudes o de dedicación, cualquier Kayak que esté por encima de ese punto, es un suplicio y su compra un fracaso.
Hay quien disfruta mucho con un autovaciable, y no le hables de kayaks cerrados.
En fin, de vez en cuando un tropezón nos ayuda a saber a que nivel estamos.