Xavi, claro que te entiendo, pero cuando ves a expertisimos kayakistas meterse en líos para los que no estan preparados, por que el mar siempre nos supera, cuanta más técnica y práctica atesoremos mejor. Pero cuando la lucha, mar - kayakista, es desmesuradamente desigual, el resultado depende de la distancia a la que estemos de la costa y de la temperatura del agua
Por que un simple vuelco, no acertar en el skimo, una y otra vez, cerca de la costa puede no tener consecuencias, pero el mismo vuelco lejos de la costa o con una costa de rompientes peligrosa, puede costarnos la vida.
Algunas veces, salia con un conocido del club de vela que solía practicar el skimo casi más que la travesía y tenia frecuentemente que esperarle.Le gustaba practicarlo cerca de la costa para sorprender a los bañistas, que no dejaban de mirarle aterrorizados. A él le gustaba asustarlos y demostrar su habilidad.
Un día salimos con un mar bastante fuerte, pero siempre en una sola dirección, lo que permitía un navegar divertido y franco, pero que había que palear con atención, especialmente para el momento de cambiar de dirección. En uno de esos cambios de dirección mi amigo volcó y yo, interpretando que formaba parte de su habitual practica, seguí atento a las olas y cuando vi la oportunidad favorable viré tambien. Encontré a mi compañero fuera del kayak, tratando de remontar sin éxito. Intentó meterse en el interior del kayak para tratar de hacer el skimo, como siempre hacia sin problemas y las olas jugaban con él y con su kayak, hasta que el kayak al cabo de un rato, salió prácticamente volando. Pude acercarme a él y no sin dificultades se agarró a la popa de mi kayak y el palizón que nos dio el mar fue de miedo.
Como pude, logré llegar cerca del Puerto olímpico, con mi amigo agarrado como una lapa y le indiqué que se fuese nadando hasta la cercana orilla de una playa cercana a la bocana del puerto y liberado de su freno cogí la emisora y llamé al Club de Vela, para que salieran a rescatar el kayak que se había alejado ya bastante lejos. La temperatura del agua era todavía soportable en Noviembre y aun con todo mi amigo tiritaba terriblemente. Ese accidente, de encontrarse solo, no se como hubiera podido acabar. A partir de ese día, cuando las condiciones del mar no eran buenas, opté por salir solo.
Skimos que salen muy bonitos y espectaculares en aguas tranquilas, pero cuando el mar se nos pone de través y nos bambolea sin piedad es otra cosa muy diferente y no hay que confiarse. Remontar un kayak que se ha llenado de agua puede convertirse en una agotadora lucha, cuando el mar no ayuda y parece que quiere impedir que todo salga bien.La fatalidad puede arrancar la pala de las manos, el kayak salir volando y quedarnos solos en el proceloso mar agotados y a merced del frio.
Circunstancia probables, en los dos desgraciados accidentes de los amigos Alfredo y Agustin que lamenté muchisimo.
En mi caso, debo de reconocer que, navegando a diario, por mi condición de jubilado, mis "habilidades" y familiaridad con el mar me resultan muy favorables para entenderlo con mayor proximidad, que el de aquellos que navegan sólo los fines de semana.La práctica a diario te acomoda al medio sin darte cuenta, no es virtud mía, es una circunstancia privilegiada a mis próximos 81 años, que tiene fecha de caducidad próxima, supongo.