Yo creo haberlo contado... pero bueno. Un día, después de tres horas de paleo, regreso a Oriñón. Como estaba un poco entumecido de piernas, y el agua estaba muy buena, me tiro al agua y tras nadar un poco, empiezo a estirar las piernas contra el kayak. De repente alguien me grita, no sabía por donde. En 10 segundo oigo un motor muy potente, llega a mi lado, y con la consabida ola un grito. "Está bien?, Le pasa algo?". Miro, y tenía encima la embarcación de la G.C. La habían llamado los de seprona al verme en el agua. Yo, un tanto avergonzado de haber montado tal espectáculo, les aseguré que estaba bien, que estaba estirando y que volvía para tierra. Hasta que no me vieron subir, no se largaron.
También ha habido lo que dice Pepín, llegar a toda máquina, casi derrapar al lado montando una ola de narices, mirar, bajar, pedir la documentación, y salir pitando tras una embarcación que también salió perdiendo hélice. En ese momento pensé que andaban en "otro" tipo de trabajo.
A veces pueden molestar, pero no es malo tener una ayuda sea del cuerpo que sea (si es del cuerpo femenino mejor).
También tengo ganas de veros. Por cierto el Sábado me anduve por Laredo y colindres.