La estabilidad de la Arouza es directamente proporcional al estado del mar y la pericia del kayakista, que en mi caso va cada vez a menos. La última vez que navegué con ella, después de un periodo largo de retiro que coincidió con el nacimiento de mi segunda niña, salimos desde Porman hacia Cabo de Palos (Murcia). Es un tramo precioso pero sin salidas, todo acantilados y se puso el mar bravo, yo me acongojé y en la única playa que pudimos hacer la parada (travesía de ida y vuelta) cargué los tambuchos con bolsas de arena, por lo menos cincuenta kilos le metí, y me costó un huevo llegar a destino, pasé miedo y vendí el kayak. El protocolo de seguridad no era el mas acertado, pero "no haber venío", como se dice por aquí.