Buceando, bueno practicando pesca submarina, ya he visto alguno. Este verano, por ejemplo, dejé el kayak sobre una roca en la que suelo encontrar buenos congrios, cuando de repente vi una sombra en el fondo. Piqué pensando que era congrio, pero era boquidulce. Estuve un rato a su lado, y al salir y comentar a gente me dijeron que no era extraño, pero para mí fue el primer boquidulce. Alguna vez he visto marrajos, y esos si que imponen más.
Pero lo que más me hizo cambiar pañales, fue en febrero de este año. El mar estaba plato, y salí a palear. De repente, a unos dos Km de costa, el agua se abrio y apareció una aleta de un tamaño respetable. Viré el bote, y, por si las moscas, me preparé con la pala como bichero. Pero salió todo el lomo y vi que no era un tiburón, sino un cetáceo. Me relajé y dejé que se acercara. Para mi sorpresa se colocó todo lo largo que era al lado de estribor, y pude comprobar que era un calderón. Se puso de costado y traté de tocarlo, pero en cuanto me vio moverme, salió por aletas, y me dejó con las ganas.
El primer contacto acongoja, pero luego...