es lo que me tocó hacer ayer. Estoy aprendiendo con el K1 de iniciación de Polledo, ayer las condiciones eran las ideales (bajamar para tener mucha playa en la ría y poco fondo, buen tiempo, agua ya calentando por si vuelco... en fin). Me di un par de vueltas y luego me encontré con los chicos del club que iban de expedición ría arriba, como ya me veía bien pues me apunté. Creo recordar que un K1, siete minikayaks y la motora. Subimos tranquilamente (bueno, yo como todavía tengo que ir pendiente de mantenerme vertical y no dar demasiados tumbos a un lado y otro pues me toca apretar un poco más el ritmo para aguantarlos, pero bien); un poco antes del sitio en que se da la vuelta yo desembarqué en la orilla, una porque ya tenía el culo cuadrado (voy sin asiento, es más estable pero más incómodo, la próxima vez me tengo que llevar una espuma, tanto para el fondo como para el respaldo, ya tengo un par de planchas de espuma de polietileno que seguro que me hacen un gran favor...), para practicar más el embarque y desembarque y para hacerles unas cuantas fotos con el móvil (ya las subiré). Cuando volvían a pasar por delante de mí, Nico (mi hijo, el más pequeño), se iba quedando, y les dije a los de la lancha que tiraran con el resto, que ya bajábamos los dos juntos -ya lo hicimos otras veces, aunque siempre iba yo con un autovaciable, pero como el día estaba perfecto, y con esa marea se hace pie en todos los sitios, pues sin problema.
Total, que en cuanto se marcharon se me echó a llorar (tiene 8 años) que no podía seguir, que le dolía mucho una mano... susto que quedó en "casi nada" porque era que tenía dos ampollas que se le habían reventado y le dolían al coger la pala. Que no quería volver... en fin, se puso un poco histérico. Como padre sufridor, pues lo tranquilicé -si fuese en el nuestro tendría tiritas y problema resuelto, pero claro, iba en lo que iba- y soluciones de fortuna. En el chaleco llevo un cabito con un mosquetón, nos atamos chaleco con chaleco y a remolcar. Pero claro, los remolques en corto son para lo que son, los dos kayaks pegados se iban rozando y yo iba sufriendo por el material, así que cuando ya llevábamos un trozo probamos a que él se cogiera de mi bañera y que mantuviese los kayaks un poco separados y paralelos, así no se machacaban pero yo no podía palear más que por una banda, estilo canoa. Se cansa más, pero nos sirvió para ver que ante una rotura de pala o tal se sigue avanzando (mejor si no fuese la pala de cuchara). En fin, que al final terminé remolcándolo 2 Km. ría abajo, con la marea que ya estaba subiendo, así que en su contra, y en contra del viento y la pequeña olita que ya se formaba, pero se hizo. Pude llamar a la lancha, pero no quería fastidiar al resto, y no había peligro ninguno; cuando llegaron abajo ya vinieron a por nosotros porque les pareció que estábamos tardando y el último kilómetro lo hizo a bordo de la motora -yo no, seguí paleando y ahí fue cuando "me bautizó" con las olas
Ya tengo ampliado el cabo a remolque medio en el chaleco... y de nada valen las cosas si se dejan en casa, claro...
