La aventura más difícil y gratificante es la vida’
Entrevista a Antxón Arza / 02-11-2007
Se llama Antxón Arza y nació en Pamplona; es fundador de Urkan Kayak, que hoy en día es la empresa líder en venta y distribución de piraguas y todo tipo de accesorios para la práctica del piragüismo, una de sus grandes pasiones. Antxón es un deportista completo que siempre ha intentado que su vida gire en torno a dos ejes, deporte y naturaleza. Ha practicado deportes de montaña, escalada, esquí, descenso de cañones, espeleología, mountain bike y desde hace algunos años, piragüismo de aguas bravas, modalidad en la que es un consumado especialista. Precisamente como piragüista de aguas bravas ha participado en el programa de Televisión Española “Al Filo de lo Imposible”, navegando en los cinco continentes.
En el año 2000, en una expedición comercial a Venezuela en la que trabajaba como guía sufrió un accidente al caer con su kayak en un salto de mas de 12 metros de altura, que le provocó un estallido de la vértebra L1 y fractura de la D12, fue intervenido de urgencia en Caracas y desde entonces su vida discurre sobre ruedas. Esto no le ha impedido seguir practicando su deporte favorito y, lejos de rendirse, se ha crecido ante la adversidad, lo que le permite superarse cada día.
Has hecho natación, alpinismo y ahora piragüismo. Está claro que el deporte fluye por tus venas pero, ¿De dónde te viene la afición por los deportes de aventura?
Desde muy pequeño comencé a ir al monte con mis padres y ahí fue donde surgió la afición a la naturaleza. Después, en la adolescencia fue cuando descubrí junto con la cuadrilla de amigos, actividades como la escalada, la espeleología o el descenso de cañones. Normalmente a este tipo de actividades que se desarrollan en la naturaleza se les denomina deportes de aventura, sin embargo, a mí, la aventura más difícil, y a la vez más gratificante me parece la vida y la educación de los hijos.
Has formado parte del equipo de Al filo de lo Imposible, que ahora cumple 25 años, ¿qué recuerdas con más cariño y por qué?
En el primer programa que trabajé lo hice llevando el trípode de las cámaras de televisión a la vez que descendía cañones, fue muy emocionante descubrir como trabajaba aquel equipo. Hubo muchas risas y desde entonces se ha ido cultivando una gran relación de amistad que hoy en día sigue existiendo. Por otro lado, sin duda el programa de mayor envergadura en el que he participado ha sido el descenso del río Indo, uno de los grandes ríos de la Tierra.
¿Qué es lo más importante y lo más valioso que has aprendido en las diferentes expediciones en las que has participado?
Que en esta vida trabajando en equipo podemos alcanzar metas que serían imposibles en solitario, eso es lo mas importante y lo más valioso la amistad que he hecho con gran parte de mis compañeros de viajes y expediciones.
En 1984, cuando estabas escalando en la cordillera del Himalaya, caíste en una fosa y cogiste el tifus y fiebres maltas. Para recuperar la fuerza en los brazos decidiste comprar una piragua. ¿Por qué precisamente una piragua?
Wili, un amigo con el que había ido mucho al monte y a bajar ríos tenía una, la probé en el río Arga y me gustó mucho, por eso decidí comprarme una. Además, Jabiertxo, otro amigo de la infancia se compro otra al mismo tiempo, y así, allá por el año 1985, comenzaron nuestros primeros pinitos en el río.
Este accidente en el Himalaya, te ayudó de algún modo a afrontar el accidente del 2000?
Sin duda en 1984 gasté mi primera vida. Tuve la suerte de salir vivo de una operación a vida o muerte. Por eso a partir de entonces he saboreado más la vida y he sabido valorar la suerte de tener una segunda oportunidad.
¿Cómo dónde y por qué se produjo el accidente que te provocó la lesión?
En un salto del río Caraurín en Venezuela, muy alejado de absolutamente todo y por supuesto, de cualquier centro hospitalario. Además estábamos a un día y medio caminando de la carretera más cercana y después de llegar había que volver a soportar más de cinco horas de coche hasta Santa Elena de Huairen un pequeño pueblo minero, y desde allí más de 1500 kilómetros hasta Caracas, donde fui intervenido, esa travesía se hizo muy difícil.
¿Cuándo te diste cuenta de la verdadera gravedad de la situación?
En el mismo instante del accidente note que las piernas se habían “desconectado” lo primero que le dije al primer compañero que acudió a mi ayuda fue: “Patxi para toda la vida en una silla de ruedas”.
¿Qué y quién te ha ayudado más a afrontar tu nueva situación?
Mi pareja Koki, mis hijos y mis amigos han sido el mayor apoyo, el principal motivo para seguir teniendo ilusión por la vida. Mi forma de ser creo que también ha ayudado, siempre me ha gustado ver la botella medio llena.
¿Cuál ha sido el papel del deporte/aventura en tu recuperación?
Las actividades al aire libre han sido y siguen siendo casi todo en mi vida. Es lo que mas me gusta, perderme en el campo en compañía de buenos amigos. Mis amigos, mi trabajo, mi forma de vida tanto antes como después de mi accidente giran en torno a estas actividades tan gratificantes.
¿Cómo afronta alguien cuya pasión es la montaña el que quizás no pueda volver a subir?
Como te decía siempre me ha gustado ver la botella medio llena y ahora en vez de esquiar de pie, esquío sentado, en vez de ir al monte caminando voy en quad… y así van naciendo nuevas aficiones: ahora hago barcos de madera, aviones, estoy aprendiendo a dibujar… en la vida si te gusta hacer cosas es imposible aburrirse.
Viéndolo con un poco de perspectiva. Tras el accidente, ¿ha cambiado tu escala de valores? ¿Valoras ahora detalles que antes “dabas por sentado”?
Algo si, ahora casi todos los días saboreo la solidaridad humana, cuando alguien se ofrece para ayudarme a subir un escalón o bajar la silla del coche. Son detalles que antes no valoraba porque no los necesitaba, era totalmente independiente. Ahora sin embargo, los necesito y agradezco el ofrecimiento de toda esa gente, sobre todo cuando se trata de transeúntes anónimos que no conoces de nada. La humanidad me parece mejor que antes.
Alguien como tú, que lleva la aventura en la sangre, ¿A qué le tiene miedo?
¡Uf! a muchas cosas; de pequeño tenía muchas pesadillas: que me pillaba una vaca que me caía al vacío, los últimos años del franquismo soñaba con la policía, quizás por eso día a día me intento demostrar a mi mismo que no soy un cobarde.
¿A quién admiras y por qué?
Admiro a Koki porque me aguanta día a día, con mis rarezas, admiro a mis hijos porque la silla de ruedas ha pasado a ser un juguete mas de la casa y si tuviera que destacar un nombre entre mis compañeros de aventuras sería el de Juanjo San Sebastián que arriesgó hasta limites insospechados su vida por intentar salvar la de su compañero Atxo, una historia de solidaridad extrema narrada con mucho cariño en su libro Cita con la Cumbre.
Hay personas que piensan que los deportes de aventura están vetados para las personas con discapacidad, convénceles de que no es así.
Es difícil convencer a nadie de nada, pero… si ven las fotos que adjuntan esta entrevista se darán cuenta de que a pesar de nuestras limitaciones, podemos hacer casi de todo.
¿Crees los kayaks se podrían utilizar como elementos de rehabilitación?
Si por su puesto, en la piragua te sientes bien, deslizas sobre el agua y fortaleces el tren superior. Además, la piragua te permite acceder a lugares que serían inaccesibles de cualquier otro modo, sobre todo si no puedes caminar.
Tú posees tu propia empresa, pero ¿cómo ves el acceso al empleo de las personas con discapacidad? ¿Qué se podría hacer para mejorarlo?
La verdad es que no se como está este asunto, pero supongo que no será fácil encontrar trabajo porque hay ocasiones en las que otras personas se piensan que por ser cojos tenemos que ser tontos y no es así. Esto tiene que cambiar, cada vez hay un mayor conocimiento y gracias a la educación podremos acabar con la incultura y la discriminación hacia cualquier colectivo.
¿Crees que ha cambiado la percepción por parte de la sociedad del colectivo de personas con discapacidad?
Si creo que ha cambiado mucho. Ahora la gente se alegra de verte integrado en una fiesta, de verte sudar bailando hace unos años quizás te mirarían como un bicho raro.
Kayaks, navegación a vela, informática… ¿Tienes algún nuevo proyecto entre manos?
Si claro, tengo muchos, siempre hay que tener muchos planes para que salga alguno, el próximo 15 de octubre nos vamos a Marruecos a bajar de Marrakech al desierto del Sáhara hasta el mar, con quads y motos.
¿Podrías dar algún consejo a alguien que esté leyendo esto y acabe de sufrir una lesión similar a la tuya?
Si claro, que se de cuenta de que lo que ha sufrido es una lesión no una enfermedad, que una reducción de la movilidad si no se admite como tal, puede provocar una depresión y eso si es una enfermedad que pueda acabar con tu vida, que en vez de quejarse por la mala suerte que ha tenido en la vida se de cuenta de que tras aquel accidente ha tenido una segunda oportunidad de vivir, que la disfrute que otros muchos quisieran verse en su pellejo.
Por: Antoñete Sánchez