El sábado se acercó a Cantabria Tito Rodríguez a recoger su nuevo Xcite y nos bajamos a San Vicente de la Barquera a hacer su bautismo de mar. Yo aproveché para probar el Xcape, que aún no había besado aguas cántabras.
Eran las cinco de la tarde cuando pusimos ambos kayaks en el agua, con un cielo cubierto –de una pieza, que dice mi padre-, mar en calma y viento flojo.
Es una gozada ver a Tito palear. Su groenlandesa entra y sale del agua sin molestar, casi pidiendo perdón, acompañando una torsión sinuosa y acompasada de un cuerpo que direcciona el kayak a ritmo de caderas que forman parte de la embarcación.
Tomando rumbo oeste hacia Punta Liñera entramos en la borrasca que venía de su tierra, encontrándonos pronto con fuerza cuatro y mar de fondo próxima a metro y medio. Tito y el Xcite estaban en su salsa, y comenzaron su particular ballet sobre las olas.
Cada kayak tiene una situación de mar y un palista, y creo que hoy comenzó un mènage á trois que durará tiempo entre Tito, su mar y su Xcite. Tal para cual.
http://www.youtube.com/watch?v=fcBIil3IC0g
