Yo recuerdo siendo pequeño, que mi fuerte no era la natación, cuando me bañaba prácticamente buceaba, no por que me hundiera sin poder controlarlo, sino que era mi forma de estar en el agua, es decir, que si echaba unas carreras con mis colegas yo no nadaba, sino que buceaba, claro está que de vez en cuando tenía que respirar. La playa donde veraneaba, Vilarrube (al lado de Cedeira) no era peligrosa, en general. Pero sí es verdad que había zonas peligrosas, los dos canales que forman los dos ríos que por ella desembocan, por la corriente, claro. Hubo algunos que se ahogaron por allí, niños y adultos. Y algunos fueron rescatados delante de mis narices, incluso hacerles el boca a boca.
Desde mi perspectiva "buceante" nunca pude comprender cómo podían ahogarse, a menos que hubiera algo que tirara de ellos directamente hacia el fondo. La clave creo que es la de ponerse nerviosos, y eso puede suceder en cualquier momento que veamos que no controlamos la situación - por ejemplo ver que una corriente te aleja de la orilla y no eres capaz de contrarrestarla, o como se anota, que en una de estas te entre algo de agua (no tienes por qué estar hundido completamente para que pase) y empieces a toser- Y si te pones nervioso te pones tenso, estando tenso no es la mejor manera de flotar. Esa tensión te lleva a necesitar respirar más y cansarte antes.
Todo se va sumando y acaba como acaba.