Breve relato de la prueba,
Llegamos sobre las 16:30, playa repleta de bañistas, sol magnífico y olas de 2cm en la orilla.
A las 17:15 se dice de adelantar la salida por que se estaba levantando "airecillo".
Se da la salida, no recuerdo la hora, un minuto mas tarde los tradicionales.
Salimos por la ría y enfilamos hacia mar abierto dejando a popa la playa de Gorliz, nada mas virar en el espigón de Barrica tuve que girarme la visera media vuelta por riesgo de perderla, en este punto ya varios de los participantes optaron por girar 180º y regresar, sabia decisión.
Los Sprinters hacía rato que los había perdido de vista entre otros motivos por que las olas me reventaban en la cara y mi Flecha navegaba mas tiempo sumergida que por la superficie, menos cuando volaba para caer por detrás de las olas, parecía que se iba a partir. La cosa cambió al virar hacia la isla de Billano....a peor. Pude hacer varias surfeadas muy chulas pero después de cada una de ellas la piragua se paraba y se inclinaba hacia adelante mientras me atrapaba la ola siguiente me levantaba y me levantaba peligrosamente de popa clavando la proa en el agua e iniciando otro vertiginoso descenso, hasta que a unos 100 metros del canal de Billano en una de estas txampas con el timón a tope, el apoyo de la pala y mi inexperiencia volqué.
Las olas empujaban rápidamente contra las rocas, las bolitas de las ingles se reunieron con los ganglios del cuello.
Como pude abandoné la bañera. Acertó a pasar a mi lado un surfski rezagado me ofreció su ayuda, le dije que abarloara y así podría subirme al kayak, se acercó y cuando estaba a un metro, un puto metro, una ola lo mandó a unos diez por delante, impensable retroceder, le dije que siguiera tranquilo que ya me arreglaba. Después de desvolcar la piragua dos veces conseguí preparar el flotador de pala y reentrar en ella, si soltaba la pala con flotador, me volcaba, si no lo hacía no era capaz de usar la bomba de achique, apretando las piernas contra la bomba con una mano en la pala, sacaba un litro y entraban tres, con el cubre suelto aquello no tenía futuro.
Cada vez estaba mas cerca de las rocas. No se si Dios existe pero los ángeles con casco rojo y neopreno sí. De repente apareció una zodiac de la Cruz Roja que llevaba con ellos a mi compi Valer y a su Draken de carbono que debieron de pasar lo suyo parecido a lo mío.
Nos sacaron del agua a mi flecha naranja y a mí y parece mentira lo pequeña que es una zodiac por fuera y lo grande que es por dentro, un socorrista en la proa ojo a vizor, otro al timón y dos naufragos comodamente sentados detrás de este y dos piraguas de 5,40m una a cada lado de la zodiac en las cubiertas de babor y de estribor dentro de ella sin sobresalir ni un cm de la zodiac.
Aquí comienza la segunda parte de la historía que pese a lo dramático de la situación tengo que decir que fué una agradable experiencia, esta segunda parte.
A bordo de la zodiac pasamos una hora larga navegando por la zona de la isla de Billano escuchando la emisora de la Gurutze G. y reembarcando a los surfskiers que encontraban por aquí y por allá, k1´s y k2´s. Que manera de chocar contra las olas, cuanta energía tiene el agua , que forma de barrer la cubierta las olas, como surfea la zodiac, nunca habría imaginado lo complejo de pilotar un bicho de estos, ahora pone a tope los motores, ahora los para totalmente, realmente alucinante, como un chaval en un parque temático, además compartieron una manzana con nosotros....A esta parte de la historia me refiero cuando digo lo de agradable experiencia. Es curioso, yo soy capaz de reembarcar en un surfski aunque sea incapaz de palear mas de dos metros (en xt, si) con agua plato. Esta gente lo hace a diario en condiciones adversas, como estaría la mar que fueron muchos los que fueron ayudados a reembarcar por los socorristas, por la ertzantza que también estuvieron cubriendo la prueba y los rescates y por los barcos de apoyo de la organización, algunos, yo lo ví, fueron reembarcados dos y tres veces para poder terminar la carrera.
Quiero felicitar a todos aquellos que consiguieron terminar con o sin ayuda, en especial al compañero tradicional (no se su nombre) de Plentzia que como el conejito de duracel tiki-taka terminó con su Omei Inuit, a mi niña que terminó sin ayudas, a los que no lo hicieron, a los rescatados, a los reembarcados, a los retirados, a la Ertzantza, a la patrullera de salvamento marítimo del G.V. que hizo acto de presencia, a los barcos de apoyo, al de la txipironera que también pasó miedo, al del yate que pidió refugio en Plentzia, a la organización de la prueba en general, a los/las que se curraron los sandwiches, bocatas, volovanes y tortillas de patata, impresionante el lunch y mención especial a los chicos de la zodiac de la Cruz Roja que cubrieron la prueba y se ganaron la merienda, que seguramente, o no, nos salvaron la vida y me dieron un paseo inolvidable por el Cantábrico en las aguas turbulentas de Plentzia.
Bueno, pues tengo que añadir que los colegas Paco Calatayud, Txema Yarza, Ainara Benavente-mi hija- y Aritz Araneta, que también participaron en la Hulinokea Boucau-Guéthary en Francia hace pocos días, coinciden en decir que en aquella ocasión lo pasaron bastante peor y sin barcos de apoyo, que le pregunten a Txema que una ola le arrancó el surfski de la pierna y nadó tras él como un km, afortunadamente hasta una playa, ..........pero esta es otra historia.
Y yo con estos pelos.
Un saludo y nos vemos en Sokoa-Hondarribi
Patxi.