El asiento lo hice con cuatro capas de espuma de aislante, las tres primeras a cada lado de la quilla y la última cubriéndolo todo, envuelto el paquete en un trozo de cuero y cosido por debajo, las espumas pegadas con cola blanca.
Lo boté ayer por la mañana en un sitio muy tranquilo y con fácil acceso del río Segura, me llevé las dos palas y al mismo meterme en el kayak temblé.
Cinco minutos de vacío en la parte superior del estómago y vuelta a la orilla a "arrancar" dos capas del asiento. Subí un kilómetro, lo bajé y me encontré con la gente del club Thader Kayak de Piragüismo de Cieza que entrenaban allí, que suerte de verlos, me animé, me repuse y me fundí subiendo y bajando con ellos (detrás de ellos).
Esta coincidencia te hace ver que enseguida buscamos el fallo en las cosas y muchas veces está en nosotros. Hace años te comprabas unos zapatos y como era normal, al principio te dolían o rozaban, te hacías a ellos y los usabas a diário hasta que se destrozaban. Ahora si en la misma zapatería no quedan como un guante te buscas otros, que a los dos meses te quedan grandes.
Este kayak necesita usarse y experimentar con él que busca y dónde se para. La inestabilidad del principio se transforma en un movimiento hacia el apoyo de costado donde el barco se para, lógicamente sin tanto aplomo como un barco de 60 de manga pero mucho mas divertido. No obstante la "A" de anticiclón estará muy grande en el mapa el día que lo acerque al mar, le falta mas que indio una tribu.
Quería que saliese con el casco mas plano pero el día de las costillas no estaba yo iluminado, hay momentos del proceso en los que "me pierdo" y luego las cosas salen como quieren. Conste que la altura en zona central en el agua es la deseada, pero la popa asoma mas de lo que yo quería, el proximo...