El próximo sábado 2 de Febrero comenzaremos Anto y yo la construcción de dos kayaks groenlandeses en el Centro Deportivo de La Manga. Pretendemos llevar a cabo este proyecto apoyándonos en los diversos libros en inglés que hay en el mercado, muy especialmente en el blog de Alapala y por supuesto en la experiencia de todo aquel dispuesto a compartirla.
El sitio que hemos elegido para iniciar el proceso es el mismo donde por primera y única vez tuvimos ambos el placer de tomar contacto con barcos semejantes, durante la I Concentración del Mar Menor, a la que dieron protagonismo el Sk-team y que son los culpables de esta adicción, quizás moda, que ahora nos tiene presos.
Nuestra intención es documentar el transcurso de la construcción con la mayor amplitud posible, intentando no repetir lo que ya se ha hecho, tal vez buscando un nuevo enfoque básicamente para un público sin conocimientos ni experiencia previa en asuntos semejantes. En este sentido me gustaría escuchar sugerencias sobre el formato que consideréis mas adecuado: post, blog, o lo que sea, ya sabéis que me van las teclas del ordenador mas que a un tonto un lápiz.
Y como no tengo aguante, os comentaré que hoy he recogido las maderas que encargué hace días. De un tablón de pino han salido cuatro bordas de 5.15, dos mas de unos cuatro metros, ocho stringers y ocho listones del grosor de las bordas y aproximadamente 1.20 mtrs. De fresno tres tablones de 2.30, rebajados a 21 x 0.7 mm. En total unas 60 tablillas de estas por un precio de 150 euros , lo que me parece muy razonable, gracias a Tableros Andrés de Cieza.
Andrés es el hijo del dueño, de unos treinta años, lleva un negocio que ha prosperado en los últimos diez años a un ritmo increíble, inimaginable para sus inicios, hacían muebles de cocina en un bajo y ahora distribuyen en plan industrial a otros fabricantes, varias naves repletas y trabajo de sobra, así que imaginaos la cara ante un pedido semejante al mío, trabajoso e insignificante. Cuando estaba encargando este material y dudando sobre el éxito del acabado, me lancé con el viejo truco tan usual en los pueblos, en una pausa entre las pilas de madera:
-Entonces Andrés…¿tu no me conoces a mí?
-No, la verdad es que no.
-Si hombre sí, yo soy fulano de tal, hijo de mengano, hace años trabajé con tu mujer…
Aquí viene una breve pausa, ojos un poco más abiertos y el cerebro escarbando rápidamente mientras mira a través de mí. Su mujer, al menos hace unos 15 años, estaba, como decimos por aquí “que se rajaba como un abercoque” de buena que estaba, compañera mía de trabajo en aquella época.
-Ah…si, tú eres aquel…ya caigo…
En realidad yo era una especie de hijo de jefe, pero nunca me porté mal ni groseramente (con esa en particular), así que hoy me he alegrado, se conoce que tras el veredicto favorable de la esposa, me he encontrado con cuatro bordas, atención…SIN UN SOLO NUDO.
Esta noche las estudiaré con detenimiento, seguiremos informando.