Veo que me he quedado corto en el tiempo de cocción, me daba la impresión que en 30 minutos estarían deshechas, el fresno con cinco minutos marchaba. El primer kayak lleva 23 costillas de fresno de siete milímetros y muchas de ellas, las del tercio central, se han doblado bastante por la presión de la quilla y han provocado dos curvas a los lados de la misma que tocan la lona y con el roce se desgasta (y no es bonito). Por eso pensé que cambiando el grosor de la madera evitaría este efecto, al mismo tiempo que ahora son sólo 15 en lugar de 23, lo ví en unas fotos de kayaks de Turner Wilson y me dió mucha confianza, la verdad es que el grosor quizás es menor, pero es que lo que le va a caer encima al kayak este también es importante.
La madera está seca pero creo que bien orientada, al lijar se advierten las franjas de distintos matices de color a lo largo del listón (tampoco las tuve a remojo, lo confieso). La rotura deja las fibras como puntas de brocha a la que le faltan pelos.
Voy a intentar con la misma medida y aumentando el tiempo de cocción, de paso me ahorro de rebajar a mano 4´5 centímetros de madera en total de todas las costillas.
P.D.: Queridos Reyes Magos: quiero una regruesadora pequeñita, si cepilla por encima mejor.