Compañeros: ni valentía ni sangre fría tuve. Estaba ACOJONADÍSIMO. No me tiré por miedo, y por que en esencia somos seres de tierra. Suponía que en la orilla podría correr más lejos, abrazarme a alguien, yo que sé. El shock fue tan grande, la sangre me circulaba tan rápido, que toda respuesta física y motora era incontrolable; el cuerpo te va solo.
Un soldado en la linea del frente, un torero en plena faena, un escalador de ocho miles... se pueden imaginar que algo terrible les puede pasar; pero vosotros sabéis que en medio del mar, solitos con vuestro kayak, haciendo lo que os gusta, gosaaando de la vida, no te esperas tal movida.
Salud para todos.