Hola amigos/as.
Os comento lo que hice el pasado més de agosto
para compartir con vosotros una estupenda y recomendable
experiencia.
LA CHALADURA
Un buen día, se me ocurrió, sin más.
¿Por qué no embarcaba en mi kayak en la base y no
paraba hasta tocar tierra en Francia?
Subir al norte desde Ocata, hasta Cervere.
Un paseito de tan solo 230 km. según el google
costeando por uno de los entornos más bellos
del mediterráneo, acampando en calas y
autoabasteciéndonos con lo que podamos
llevar en el kayak.
La idea primera era hacerlo en solitario, pero
se lo comenté a un amigo mío que tiene tan solo
dos neuronas más que yo y decidió que ese
paseito se le antojaba atractivo por lo que de
repente había dos chalaos estibando kayaks
con destino a Francia.
Ocho dias de navegación, y lo conseguimos.
LA COSTA BRAVA
Sobre la Costa Brava no os voy a explicar nada que
no sepaís ya. Que tiene sitios mágicos y que
es una de las más bonitas de España.
Hay millones de fotos colgadas en internet por
lo que no os aburriré con relatos paisajísticos.
EL KAYAK
Mi barco, como me gusta llamarlo, es un sit on top,
el Prowler 15 de Ocean. Un kayak con unas prestaciones
impresionantes; 4.8 m de eslora y 0,72 m. de manga
con una capacidad de carga de 200 kg.
Aunque lleva preinstalación de timón yo no se lo he instalado
aun porque la verdad es que mantiene el rumbo muy
bien incluso con oleaje duro.
Por sus dimensiones, capacidad de carga y perfil de quilla
es duro de arrancar pero una vez que obtiene
una velocidad de crucero mantiene esta sin ningún esfuerzo
por lo que es ideal para mantener un paleo suave durante
muchas horas y cabalga el oleaje que da gusto sin
frenarse en exceso.
Delante un tambucho estanco con gran capacidad de
estiba en su interior y detrás una generosa bañera
en la que "empotré" un saco estanco de grandes
dimensiones anclado en las fijaciones que ya de por sí
trae el Prowler de fábrica.
Gracias a esa capacidad de estiba me sobró sitio
tras acomodar agua y comida para 8 días, material
de acampada, tienda, material adicional de pesca
y baño, dos cañas de pescar para hacer curri, botiquín,
aseo, etc.
Durante la travesía, el monitor de un club de kayaks flipó
al enterarse de que estaba realizando semejante viaje
con un autovaciable. Yo le dije algo que le hizo cambiar
de opinión sobre este tipo de barcos.
Le dije que las marathones no la ganan los esprinters.
El Prowler 15 es una barco de unas características
fabulosas cuando necesitas una gran capacidad de
carga, una estabilidad excepcional, sobre todo cuando
la Costa Brava hace honor a su nombre, y una comodidad
extraordinaria, permitiéndote embarcar y desembarcar
desde el agua y pudiendo moverte libremente en la
propia embarcación, lo que se agradece y mucho cuando
llevas navegando un montón de horas, día tras día.
¿Velocidad? El Prowler es solamente un 20 % más lento
que el más rápido de los K1 cerrados con los que se
ha medido. Y sinceramente, cuando de lo que se trata
es de conquistar una travesía de 230 Km en las mejores
condiciones, sin importar si llegas un día antes o después,
es sin duda una opción ganadora.
El mejor vehículo es aquel que mejor se adapta a las
necesidades del momento.
LA GRAN INCOGNITA
Para mi solo había una gran incógnita. ¿Conseguiría
aguantar, a mi edad y con mi condición física, tantos
días de navegación consecutivos?
Eran muchas las dudas y los temores por varias razones
obvias.
Los 45 tacos, el no haber navegado intensamente más
de un día seguido, el dormir poco y mal,…
Sinceramente ese era mi único temor. Por tanto, al despertar del
segundo día y ver que el cuerpo comenzaba a rendir de nuevo
tuve un alivio momentáneo (lo peor podía venir al tercer día)
Y al despertar del tercer día, no paso nada, seguía la maquinaria
a buen rendimiento. Y esa fue la tónica general. Es más,
el cuarto día notaba que tiraba más y llegaba mas entero
al final de las largas jornadas de paleo.
Fue una sensación estupenda. Quizás el no forzar la máquina
innecesariamente, realizar "microdescansos" a cada poco,
realizar un par o tres de desembarques para estirar
el esqueleto, etc. consiguió que el cuerpo se amoldara
a la rutina del esfuerzo sin traumas.
A partir de entonces supe que podía seguir sin temor
siempre que me salvaguardara de lesiones oportunistas
por sobrecargas innecesarias.
Y os aseguro que la sobrecarga está siempre acechando
en especial cuando el fuerte viento de la tramontana
te acorrala en medio de una zona de acantilados y no te deja
avanzar, convirtiendo cada metro en un suplicio para los
músculos.
EL MAR y LA ESTRATEGIA
Desde Ocata (Barcelona) a la frontera francesa domina
un solo mar, el mar Mediterráneo, pero yo no estoy de acuerdo
enteramente con esa afirmación.
De Ocata a Blanes es un mar, y de Blanes a Francia es otro.
Y creedme, cuando a la Costa Brava le pusieron ese
nombre, sabían muy bien lo que hacían.
La primera mitad, mar plato de amanecida, se rizaba algo
a partir de las 12 del mediodía, se volvía a encalmar a partir
de las 17h. y se mantenía plato hasta la anochecida. Corrientes
casi imperceptibles y vientos suaves.
Fue entrar en la zona de Costa Brava y todo eso cambió de repente.
Los días eran igualmente soleados (a excepción de uno) pero
las corrientes muy notables, la energía explotaba en los bajos
fondos de piedra y convertía el mar en un hervidero de olas
asincrónicas y sin una dirección clara durante la casi totalidad
de la jornada. Era una autentica anarquía. Viento racheados
que podían cambiar de dirección de manera notable en un
santiamén. Sin hablar de la temida y famosa tramontana de
la que no nos libramos. Curiosamente, a media tarde una
encalmada brutal, mar espejo que se mantenía hasta la
noche.
Cambiamos de estrategía. En vez de imponer nuestro
horario de paleo al mar, dejamos que este nos indicara cuando
parar y cuando avanzar. Y funcionó.
PESCA
Llevábamos tres cañas de pesca entre las dos embarcaciones.
La Prowler lleva cañeros a ambos costados e hicimos curri
en las largas jornadas de paleo usando señuelos.
Pues el balance fue,… nadena. Ni una triste alga enganchada.
La verdad es que la pesca no es lo mio.
Es más, obsequiamos a los fondos con los señuelos que
con tanta habilidad de enganchaban.
Pero valla, mientras lo intentábamos nos divertiamos mucho.
Nunca antes había intentado pescar.
Menos mal que hibamos bien pertrechados de alimentos.
LO MAS JODIDO
Sin lugar a dudas, la insolación.
Es curioso ya que era algo que no nos preocupó
en exceso a la hora de preparar la aventura más allá
de llevar crema protectora, gafas de sol y gorra o sombrero.
Pero no fue suficiente, ni mucho menos. Y en mi caso,
sobre un sit on top, mucho peor ya que llevaba
las piernas con bañador corto y perpendiculares a
la vertical del sol.
En el mes de Agosto, a partir de las 10h. el sol ya comienza
a desgastarte. Bueno, de hecho comienza a ser un
problema nada más aparece por el horizonte ya que
al navegar en dirección NO lo tienes de cara todo el rato
hasta que se eleva y la visera comienza a protegerte
la cabeza y la cara.
El resto del día, os lo podeis imaginar, mojados y bajo
ese sol durante más de 13 horas y con una capa
de corrosiva sal sobre la piel. Y así durante 8 días.
Al ir frescos por las salpicaduras no aprecias el calor pero
la piel se machaca hora tras hora por mas crema
que te pongas.
De hecho, mi compañero y yo, no llegamos a Francia
rotos, llegamos cocidos y erosionados.
ALIMENTARSE
Otra de nuestras obsesiones era la hidratación
y la alimentación. Lei mucho en este foro y en otros
entornos sobre la mejor rutina de alimentación.
Deciros que el agua abundante es esencial.
Gastamos una media de 3 litros solo para beber
cada uno diariamente. Incluso bebíamos aunque no notáramos
una sed especial ya que es sabido que en entornos
marinos la sed no se manifiesta de la misma manera que
en entornos secos pero el cuerpo se deshidrata
muy rápidamente.
A nivel de comida, no hicimos aportes
especiales. Solo la complementábamos con vitamina C
y sodio. El resto, comida envasada o enlatada normal que
podíamos preparar en el campamento con nuestros
hornillos de montaña. Por cierto sobró más de lo
que me esperaba. (Nota mental: Llevar menos comida
la proxima vez ?
Un desayuno con su café y sus galletas por aquello
de la insulina, al medio día, en la pausa larga
que haciamos en cualquier playa o cala comíamos
frio (bocata, sandwich, latas, etc) ya que tampoco
puedes atiborrarte si luego pretendes tirar
más horas de paleo, y por la noche si que
nos pegabamos una cena caliente en condiciones
dando especial importancia a la pasta y a la
proteina en general.
Durante la marcha teníamos a mano algunas
barritas energéticas y frutos secos.
Con todo ello jamás note hambre especial
ni pájaras atribuibles a la alimentación. Y yo
soy de comer y bien.
Eso si, nada de alcohol durante la travesía.
Si acaso una copita de vino por la noche o una
birrita en el chiringuito anexo si había,
para festejar bajo las estrellas.
DORMIR
El sol se escondía por el horizonte y la cala o
playa que teniamos delante es la que serviría
para descansar. Buscábamos normalmente
calas pequeñas y solitarias para montar nuestro
campamento sin que nadie nos molestara
o molestáramos a nadie.
En la primera parte del viaje fue difícil ya que
las playas son inmensas y en poblaciones turísticas
aunque siempre encuentras un rincón o una zona
de la playa que está más apartada del bullicio.
Esperabamos a la anochecida para montar la
tienda y mientras eso ocurría simplemente
nos tumbabamos junto a nuestros kayaks
y descansabamos o cenabamos comentando
la jornada y admirando el paisaje geográfico
y humano/a colindante.
En ningun caso tuvimos problemas y en algunos
casos fue mágico, especialmente en calas solitarias
en la zona del Cap de Creus, bajo un cielo estrellado
y una paz indescriptible.
Al alba ya estabamos desayunando y desmontando
el campamento. Sobre las 7:30 ya paleamos nuevamente.
Y como todas las cosas tiene su reverso,
como nota negativa, los mosquitos.
Al anochecer y al amanecer se vuelven locos
por tu sangre. Cientos revoloteandote y picando
incluso a través de la ropa. Impresionante.
Embadurnarnos de Autan era casi religioso
aunque no garantizaba que te llevaras algun picotazo.
Y la humedad, también es un factor a tener en cuenta
ya que pretender secar algo para el día siguiente
es ciencia ficción. Por tanto hay que asumir que
las prendas y el material estarán siempre muy
húmedos hasta que el sol haga de las suyas al día siguiente.
LAS PÁJARAS
Es curioso que yo hiba temeroso de un bajón físico
cuando en realidad la única pájara que padecí fue de tipo
emocional.
En el quinto día de navegación, cruzando el Cap Negre
en dirección a las Islas Medas, me vine abajo ya que
no avanzabamos nada a pesar de llevar más de cuatro
horas paleando sin parar. Para colmo enfilamos las
islas directamente alejandonos considerablemente de
la costa con lo que la percepción del avance era nula.
Luego nos enteramos que una fortisima corriente
en contra nos estaba machacando. Aun hoy no se
si fue una corriente generada por la marea en ese
golfo o que fue. El caso es que me desfondé animicamente
y me impedía continuar provocando un mal humor
y una visión de la jornada y de la travesía de lo más pésima.
Por fortuna, decidimos ganar la playa y averiguar
el porqué de nuestro nulo avance y descansar para
ver las cosas de manera más clara. En estos casos
es inestimable la ayuda de tu colega de paladas que
te anima y te arenga para continuar. Otras veces eres
tu el que toma el relevo cuando tu compañero esta
en horas bajas.
Por ello, es muy importante decidir bien con quien vas
y con quien no vas, en este tipo de aventuras.
CARTOGRAFÍA Y PUNTOS DELICADOS
La verdad es que yo soy de la antigua escuela en
materia de cartografía. Es decir, mapa, brujula,
triangulas, calculas y listos. Dado que vas costeando
entre poblaciones y puntos muy identificables tampoco
supone un problema estimar donde estás y las
medias de velocidad y alcance que llevas.
No obstante, me resultaron muy utiles las imágenes
de satélite de Google para previsualizar los tramos
y llevar apuntes sobre calas, refugios y las mejores
zonas de desembarco en playas grandes. Además
de tener bajo control los tramos de acantilados donde
es muy dificil la evacuación en caso de problemas.
La travesia en si misma no tiene gran dificultad.
Solo hay dos tramos que merecen especial cuidado
y atención. El primero, el Golfo de Rosas y el segundo
el Cap de Creus.
El golfo por sus dimensiones, ya que lo habitual es cruzarlo
a saco en linea recta lo que significan una cuantas horas
de paleo muy lejos de la costa y de cualquier referencia.
Esto en principio no es sobresaliente a menos que se
despierte la tramontana y/o una corriente muy desfavorable
y os puedo garantizar que las cosas se pueden poner
muy feas en el golfo si eso ocurre.
Nosotros optamos por aprovechar la encalmada casi obligada
de la noche para cruzarlo cagando leches. El primer
tramo casi de noche y cuando clareaba ya estábamos a la
mitad del cabo entrando en la zona de abrigo de las montañas
que apaciguaría el fuerte viento en caso de que se despertara.
La suerte nos acompañó y lo cruzamos sin problemas.
La segunda preocupación es el Cap de Creus por su orientación,
fondos y orografía costera. Allí la tramontana nos dio unos
cuantos quebraderos de cabeza. Rachas muy duras que impedían
el avance en medio de acantilados nada tranquilizadores.
En varias ocasiones las pasamos canutas y nos puso al limite
de nuestras posibilidades físicas. Nuestros kayaks
se comportaron magníficamente ante las olas y las
rachas de viento.
La estrategia fue la de adaptarnos al paso de dichas
masas de viento y saltar al agua en cada tramo
de encalmada. No duraban mucho pero íbamos ganando
cabo a cabo.
El paisaje bien merecía el esfuerzo.
Sencillamente maravilloso.
EN CONCLUSIÓN
Es un viaje doble. El que hace tu cuerpo y tu kayak
por fuera y el que haces por dentro.
Encontrarte en el impredecible mar, dormir en la arena,
no saber donde dormirás, cuando comerás, que te deparará
al doblar el siguiente cabo,…sencillamente el no poder
anticipar nada,…solo por eso, ya merece la pena.
Estamos acostumbrados a planificarlo todo y creemos
que tenemos el control de nuestras vidas pero en realidad
no es más que una ilusión. A la mínima de cambio todo
eso puede saltar por lo aires y no ser capaz de afrontar
algo así. Creedme. Yo ya he pasado por ello.
Dejar que las cosas simplemente ocurran y adaptarse
a ellas con armonía e ilusión es la manera de afrontar
una travesía como esta o como cualquier otra.
En una ocasión me preguntaron….¿y porque lo haces?
Y yo le dije…¿y porque no?
Es más,… lo volveré ha hacer.
Un saludo para todos/as
Nos vemos en el agua.
Pepe
