Hace dos años, surfeando con el Superego, una ola me arrancó el cubre y no tuve más remedio que salir del barco: ¡hombre al agua!, y tras un rato bajo el rebufo de la ola, cuando por fin asomo la cabeza para tomar aire, sorpresa, ¿quien venía?: el kayak. Ni lo vi... además venía cargadito de agua, y me endiñó un testarazo en la cabeza que me metió otra vez para abajo. Llevaba casco... si no, creo que me hubiese despeinado.
Salud.