Hoy leo ésto, en las aguas frías de los lagos patagónicos. Quedó en nada, de lo cual siempre se aprende:
Pueblitoexpediciones Turismo Aventura
Administrador · Ayer a las 12:28
CRONICA DE UN RESCATE
LUIS OSVALDO ARELLANO·LUNES, 2 DE OCTUBRE DE 2017
El sábado 30 de setiembre de 2017 a las 14,45 aproximadamente, salimos con dos kayaks simples de travesía a remar en el lago Pellegrini, Pcia. de Río Negro. Habíamos mirado el pronóstico de Windguru y sabíamos que a por la tarde podría aumentar el viento, en ese momento del desembarco seria de 10 a 15 km/h del sector SE. La temperatura, agradable rondaba los 18°C, y remando a un ritmo tranquilo la jornada se aprestaba para observar las aves del lago que en ésta época del año se encuentran en anidamiento, ideal para sacar algunas fotos.
Pasadas las 17 hs, luego de tres horas de marcha, paramos en una isla a matear, aprovechando para estirar las piernas y descansar. Desde un inicio habíamos visto no muy lejano nubes al SO que se mostraban con un color gris plomizo y evidentes cortinas de lluvia en algunos sectores; como el viento se mantenía tal como había estado toda la tarde, evaluamos que no se descolgarían sobre nosotros.
Reanudamos la remada, en dirección al desembarcadero donde estaban los autos alrededor de las 18 hs. Cuando salimos de la protección del viento que brindaba la isla y con rumbo noroeste, el viento se hizo notar en aumento, ya se formaba algunas primeras olas, rondaría los 25 km/h con dirección SO. Juan Roberto Kiessling vestía un noeporene de manga larga y yo una lycra también larga, ambos teníamos el chaleco salvavidas y el cubre cockpit puesto. El viento siguió en aumento, por lo que la vigilia de la distancia a los juncos de la costa se volvió un factor a no perder de vista.
En cuestión de minutos arrecio el viento y comenzó a llover. La “manga” no pasó de largo, sino que nos pegó de lleno, con más de 35 km/h de viento, si bien las olas no eran altas porque no estábamos lejos de la costa, los kayak necesitaban esfuerzos de remo para realizar las correcciones de rumbo.
En pocos segundos yo estaba empapado y al aproar para ir a la orilla en maniobra de escape, el viento azotó sobre la banda de estribor y me volcó. Tiré dos intentos fallidos de roll, me eyecté y cuando saque la cabeza del agua mire y Juan ya había virado rumbo a mí. Hasta ahí todo parecía “normal” para una situación de viento, pero cuando Juan estuvo a mi lado y le dije “Tráeme el kayak”, note una gran dificultad para hablar, claramente ello nos advirtió del inicio del proceso de hipotermia.
Tenía el DAF (Dispositivo de Ayuda a la Flotación o chaleco salvavidas) colocado, estaba a flote sin tragar agua, pero al buscar primero el remo y una bolsa seca a la deriva donde tenía las llaves del auto (¡!) se me había alejado el kayak sin opción del alcanzarlo. Juan alcanzó mi bote, lo aseguró al cabo de remolque y en cuatro minutos contados del vuelco ya estaba arriba de mi kayak, luego con las bombas de achique que llevábamos sobre la cubierta evacuamos el agua.
Reincorporado en el kayak y repuesto, en condiciones de remar, decidimos ir a la costa desembarcando en un lugar visible, para recuperarnos y cambiarme la ropa mojada por ropa seca que llevábamos en los estancos. La manga de lluvia y viento iban extinguiéndose y se formaba en el cielo un arcoíris completo. Divisamos luego la lancha de la Prefectura Naval Argentina, ellos había registrado que estaban nuestros autos en el desembarcadero y salieron para localizarnos, ante una señal de cruce de brazos se acercaron inmediatamente. Como no estábamos en condiciones normales, acordamos terminar el recorrido con ellos. Cargamos los kayaks y en cinco minutos estábamos en el muelle.
¡Gracias Juan Roberto Kiessling!, ¡Gracias al personal de PNA!
También gracias a Pablo Passera y Julio Martello de quienes Juan y yo aprendimos mucho en sus excelentes cursos de kayak.
En mi caso también a los amigos de Pueblito Expediciones (Roberto Saldias Andahur; Jorge Muller Concha y Eduardo) de Chile con quienes he disfrutado el magnífico Simposio de Kayak del Pacifico Sur en Valdivia (Chaiuin), en el cual la seguridad y el rescate es la materia central.
En concreto, las ENSEÑANZAS:
1) No remar solo. (Probablemente en mi caso la soledad hubiera implicado una tragedia o un verdadero muy mal momento)
2) Salir con el equipo adecuado.
2.1. Kayaks en buenas condiciones con sus estancos funcionando como tales.
2.2. ¡DAF siempre y puesto! De tu talle, abrochado.
2.3. Cabo de remolque con mosquetón (En nuestro casos ambos portábamos cinturón de liberación rápida con cabo de remolque marca Bearing2612) y aro en proa del kayak que permita engancharlo. (Porque no también una bolsa de rescate)
2.4. Lo mínimo indispensable en cubierta (si es nada, mejor). El botellón de agua y la bomba de achique en cubierta delantera del kayak de Juan hicieron muy incómodo el vaciado en T del kayak volcado, por lo que achicamos conmigo adentro.
2.5. Llevar todo amarrado. (¿Qué carajo hacía con la bolsa seca con las llaves del auto adentro del copkit?, y encima suelta!!)
2.6. Buena indumentaria. ¡La buena ropa hay que llevarla puesta! De nada me sirvió la chaqueta que tenía en el tambucho en el momento de los 35 km/h de viento y lluvia.
3) Actuar conforme las previsiones meteorológicas, si fallan y estamos a resguardo no es problema, pero lo contrario puede ser riesgoso, si hubiéramos salido de regreso media hora antes, veíamos la tormenta desde la orilla.
Ahora mis OPINIONES. Todas opinables.
· Para mí, con este evento con final feliz, está terminada la discusión “Pita o cabo para remo si/no”. La respuesta es categóricamente SI, con el remo atado solo hubiera prestado atención al kayak.
· Remo groenlandes… creo que hubiera preferido temer mi pala europea en el momento de pechar contra el viento (claro que era la segunda vez que lo usaba, así que le mantengo “crédito”).
Amigos kayakeros, la hipotermia te saca del ring en “segundos”, y para los que estamos en Patagonia, ni hablar!!!
Luis Osvaldo Arellano
(La idea es generar intercambio, debate y criticas, que serán todas bien recibidas)