Ayer domingo remé desde muy temprano en el río Segura, disfrutando de la nueva Skua y su timón, probando, etc... Como no iba en plan fuerte, también en silencio, pude ver reposádamente una pareja de martínes pescadores, y también un buho real, que cruzó el río por encima de mí, con su enorme cabeza y el plumaje marrón oscuro, como moteado con negro. Se posó de nuevo y me dejó contemplarlo unos instantes, hasta que se marchó de nuevo.
Los barbos, mas grandes que la lubina de Jesuli, se calientan al amanecer en los sitios donde apenas hay cuatro dedos de profundidad, son hermosísimos. Unas cuantas tortuguitas, patos, garzas, y siete millones de arañas en la bañera, porque desembarqué muchas veces para hacer ajustes de timón en las orillas. A las diez de la mañana ya no se podía estar en el agua, este fin de semana (el sábado) tuvimos por aquí 42 grados, y sin viento.