Hola Javier,
Esta tarde los servicios de búsqueda de Nueva Zelanda han abandonado la búsqueda de Andrew McAuley, en la que participaban dos aviones de la Fuerza Aérea, y un helicóptero permanecía preparado para el caso de avistarle. Aunque la búsqueda pudo realizarse en perfectas condiciones y ha cubierto un área de 1400 millas náuticas cuadradas, no ha tenido resultado.
Mcauley emitió por el canal 16 en la madrugada del viernes -hora local de Nueva Zelanda- un mensaje que se recibió muy distorsionado en el que se distinguían las palabras "Mi kayak se está hundiendo". La procedencia del mensaje fue establecida a 40 millas del Fjordland - en el extremo sur de la isla más austral de Nueva Zelanda-, cerca del fiordo de Milford Sound, donde se le esperaba ayer domingo, y en donde su amigo, Paul Caffyn, se había desplazado para recibirle.
El kayak fue localizado el sábado por la mañana, sin más daños aparentes que la pérdida de la tapa de un tambucho y la canopia de fibra de vidrio con la que cubría la bañera para poder dormir, y que enderezaba el kayak en los vuelcos.
El diseñador de la adaptación del kayak Mirage y Jennifer Peedom quien realizaba un documental sobre la travesía en solitario del Mar de Tasmania, creen que el relativo buen tiempo de la noche del viernes pudo hacer que McAuley descansara sin colocar la cubierta de fibra de vidrio de un metro de altura, y que al volcar por una ola de tamaño superior al normal - el mar de fondo habitual en el Mar de Tasmania, supera con facilidad los 7 metros de altura si bien el ciclo es largo -, volcara mientras la cubierta permanecía colocada en la parte trasera de la cubierta.
Jen Peedom opina que si el kayak de Andrew volcó con la cubierta colocada sobre la popa, la cápsula se habría llenado de agua, impidiendo el esquimotaje, y los brazos metálicos sobre los que pivotaba - uno de los cuales estaba roto, aunque permitía sellar con estanqueidad la bañera -, habrían sido arrancados.
El último mensaje de Andrew McAuley aludía a una interrupción de las comunicaciones. Su radiobáliza y el teléfono de cobertura por satélite dejaron de funcionar tras un violento golpe durante una tormenta. Su reloj de pulsera estaba estropeado, y tampoco podía ya cargar las baterías de su teléfono principal que había estado alimentando con una banda de placas solares flexibles extendida sobre la cubierta.
La hipótesis de que Andrew hubiera podido ser arrastrado lejos de su kayak con ocasión de haber salido de su bañera para coger alimentos de sus tambuchos, ha sido rechazada. Esa maniobra que realizó tres veces en el viaje de 1.600 kilómetos que comenzó el día 11 de enero de 2007, se realizaba permaneciendo unido por un cabo al kayak; y cuando se recuperó se encontraron alimentos en los compartimentos situados en la bañera.
Esta tarde Andrew llevaría ya 70 horas en el mar, cuya temperatura en el verano austral es de 15º C. Hay dudas de que llevara consigo su traje estanco Kokatat, y las últimas informaciones sostienen que sólo vestía su chaleco salvavidas y una chaqueta semi-estanca.
Andrew deja a su mujer, Vicky, y a Finlay, un niño de 3 años.
