Hola a todos:
Este Sábado tuve la oportunidad de probar la última versión del Skua gracias a Manolo. Todo empezó en la última kdda de Redes el pasado mes de Diciembre donde una hermosa Skua amarilla acompañaba al maestro. Me ofreció la posibilidad de probarla, pero el día fue muy intenso, y finalmente no hubo oportunidad. Esta semana pasada finalmente llegó la ocasión, y además con las últimas modificaciones. Es por ello que cuando pruebo un barco que me interesa me gusta que las condiciones meteorológicas sean complicadas, con el fin de exponerlo en todos los escenarios y dificultades posibles. Pues bien, el parte del Sábado cumplía bastante bien las exigencias,viento de f4 a f7 y mar de fondo de 4.6 m, y fue así como se acordó el día.
Cabe destacar antes de nada, que todo lo que aquí comento sobre el barco es mi pura experiencia subjetiva, mis sensaciones vividas en una navegación de cuatro horas que difícilmente podré olvidar por los momentos vividos en unas condiciones meteorológicas complicadas, adversas, y la inestimable compañía, buen hacer y consejos de Manolo.
Sabado 9:30 de la mañana puerto de Cangas. Llego al náutico de Rodeira algo cansado y con sueño, la noche fue larga y dura en el trabajo, pero no importa, el mar espera y la adrenalina ya corre por las venas. Cuando abandono el coche el termómetro marca cinco grados.
A las diez estamos descargando los kayaks en el embarcadero y Manolo me presenta el barco con las últimas modificaciones. La nueva Skua pinta muy bien, se notan los excelentes consejos del maestro y el fino trabajo de Javier. Ante todo soy persona práctica, gusto de la calidad y la funcionalidad de las cosas y huyo de los espectaculares acabados que esta sociedad consumista nos ofrece para engancharnos. Es por ello que lo primero en que me fijo es en la robustez del barco y los elementos mas endebles que suelo encontrar en kayaks de otras marcas. Si robustez buscamos, nos encontramos con la posibilidad de subirnos a la cubierta del barco sin observar hundimiento de la misma. Esto es gracias, por un lado a la triple capa de carbono y poliester con que está construido el kayak, y sobre todo gracias a los refuerzos internos en forma de costillas que dispone el interior del barco cada 25 cm. con ellos los esfuerzos se reparten y hacen que los golpes se distribuyan de forma eficiente evitando daños estructurales. Además los mamparos de proa y popa son de fibra, lo cual se agradece, puntuando la calidad de barco mucho mas.
Segundo punto donde fijé mi vista, el asiento. Para este punto soy muy espartano, y como dije busco la función práctica. He probado en otras marcas asientos con riñoneras altas a todo lujo, otros casos donde había simples trozos de corcho, o simples asientos plásticos con riñoneras simplonas.
Con el paso del tiempo lo tengo claro y me decanto por un asiento que no esté unido a la bañera por tornillería, sino que pertenezca al mismo cuerpo de la bañera, y una riñonera lo mas simple y cómoda posible que permita una entrada en el kayak sencilla y rápida, pues algunas son las ocasiones en el mar donde esta particularidad se aprecia sobremanera. En la nueva Skua este punto se salda de forma sobrada ofreciendo un asiento que forma parte del cuerpo de la bañera y una riñonera que permite una entrada en el kayak rápida y sin dificultades. Cabe destacar que la riñonera no realizó en ningún momento la función a la que estoy acostumbrado, que es ayudar a anclarme en el barco de forma eficiente. Esta función estuvo sobradamente desempeñada por el propio asiento gracias a su particular diseño en la parte posterior. Puedo además constatar que después de cuatro horas de travesía no aprecié ningún tipo de incomodidad.
Tercero, la bañera. De nuevo diseño gracias a Manolo, esta, aun siendo el mismo tamaño que las anteriores presenta unas musleras que consiguen que estemos en contacto constantemente y en cualquier situación con la cubierta del barco. Además permiten entrar y salir del kayak con las dos piernas juntas sin mayor novedad. Están acolchadas en su interior lo cual da un punto de confort que se nota durante la travesia, así como un agarre firme a las piernas cuando se precisa. Este tipo de bañera me encantó ya que aprecio muchísimo el poder mover constantemente las piernas en el barco y mantener al mismo tiempo el tan ansiado contacto para realizar los esquimos y maniobras con plena confianza. En cuanto a la bañera me hubiese gustado que quedara un poco mas integrada en el casco, pero posteriormente me percaté que esto, creo, resultaría complicado a causa de la altura de la cubierta, lo cual agradezco, pues gusto las cubiertas de poco volumen.
Los tambuchos. Tanto por su número como su localización y tamaño me parecen un acierto. Están integrados en el casco de forma que el mar y el viento reducen su incidencia sobre los mismos. El tambucho de servicio en popa tiene un tamaño excelente, pues puedo guardar mi casco sin mayor dificultad, y además su localización resulta muy apropiada con el fin de acceder a ella. Por otro lado, es la primera vez que disfruto de un tambucho en proa junto a la bañera. Es un tambucho de servicio donde se pueden guardar pequeños objetos. Siempre me pregunté si este tipo de tambucho molestaría a las piernas, y lo cierto es que no tuve oportunidad de acordarme de el en toda la jornada, lo cual es una excelente noticia.
El sistema de agarre de las palas. Tanto en proa como en popa es perfecto, quedan perfectamente sujetas sin peligro a que el oleaje las arranque, doy fe de ello.
Finalmente el aspecto estético. Simplemente precioso. Blanco inmaculado con cabuyería en negro, así como una zona de carbono en la cubierta de proa. Tanto su forma, sus detalles como el color llaman al instante y lo hacen destacar sobre los demás barcos.
La travesía:
Son las diez y cuarto cuando iniciamos la travesía. Como de costumbre acaricio el mar. El agua está fría, muy fría. Lo primero que pruebo es la estabilidad primaria al embarcar y quedarme quieto en las aguas tranquilas del puerto. Muy buena. Jugueteo con las piernas y la cadera, compruebo los puntos de contacto entre el cuerpo y el barco,y finalmente me quedo gratamente sorprendido. Después de este primer contacto salimos de puerto y enfilamos hacia la salida de la ría, a nuestro paso nos encontraremos diferentes tramos de costa que nos ofrecerán diferentes condiciones de mar y viento para poder probar el barco.
La intensidad del viento dentro de la ría y en este primer tramo no es muy acusado, ya que estamos a resguardo del mismo, lo cual permite familiarizarse con el kayak, observado la maniobravilidad, los canteos, la velocidad. La llegada a la vertical de la playa de Limens marca un punto y seguido en la ruta. Desde este punto pasando por Nerga y finalmente cabo Home, la intensidad del viento irá aumentando y las condiciones del mar empeorando. Así pues comienza el primero de los test que quiero realizar, mar de viento. En esta zona, salpicada por gran cantidad de bateas y una costa escasamente urbanizada, es común sobre todo en verano con viento de Norte que se produzca mar de viento. Hoy no era excepción, aunque la intensidad en un principio no era muy acusada. Pocos borreguitos se observaban pero lo suficiente como para empezar a cantear un poco el barco y compensar así la fuerza del viento. Con la orza recogida se comporta bien retornando al rumbo con facilidad. Esta maniobravilidad me resultaba sorprendente y sobre todo preocupante, pues estoy acostumbrado a navegar en barcos extremadamente direccionales y eso hacía saltar una alarma en mi cabeza.¿ Tendría la Skua una reserva suficiente de direccionalidad sin necesidad de orza cuando las cosas se pusieran peor? Mientras mi cabeza hacía cabalas, Manolo con su buen hacer me aconsejaba sobre el manejo del barco y la técnica de palada. Poco a poco me acoplaba mejor al barco prueba de ello es que decidí modificar la posición de uno de mis reposa piés. Soy un quisquilloso de la postura de paleo y después de un buen rato navegando la cadera estaba relajada y notaba que la pierna derecha precisaba un poco mas de soltura para hacer la bicicleta. Los reposa pies son una maravilla, con una sola mano desenclavas y ajustas según necesidad. Además con un salto de diente muy pequeño, lo que ayuda a un ajuste fino. Ya solventada la cuestión seguimos travesía. Con el aumento del viento y el tamaño del mar tocaba probar la orza. Menos de la mitad usé para centrar el barco en la ruta sin necesidad de cantearlo. Lo llevé así un buen tramo, no fue preciso forzar postura alguna, el paleo resultó agradable y sostenido. Finalmente y a medio camino de Punta Subrido desplegué la orza por completo, sorpresa, el barco daba un poco de aleta. Iba muy sobrado de orza y había que cantear al contrario, sin duda muy interesante. Recogí finalmente la orza y continuamos ruta con el mar y viento de costado. El paisaje en este tramo es natural, salvaje con escasísimas construcciones a la vista y unas playas blancas impolutas que destacan entre los pinares de las montañas y el mar gris, oscuro, embravecido por el temporal. Las bateas en la vertical de Nerga ya quedaban atrás y Punta Subrido estaba cada vez mas cerca. En la lejanía a los pies del acantilado donde descansa el faro, los bajos formaban una mulla natural al mar de fondo, el cual al romper en los mismos y elevarse a notable altura, hacia presagiar un mar muy serio y movido al otro lado.
Pero esta es otra historia,llena de sorpresas y emociones fuertes, la cual seguiré contando en la siguiente entrega.