Advertencia inicial: al principio, podríais tener la impresión de que lo que cuento no tiene nada que ver con el tema, pero, si llegáis al final, veréis que el tema va de palas. Disculpadme, pero entre que quiero poneros en antecedentes y que me gusta contar batallitas...
Bueno, pues la cosa empieza con que este año no pude regalarme nada para mi cumpleaños porque mi mujer andaba justa de dinero y tenía gastos. Pero, después de la visita anual de Hacienda, descubrí que mi cuenta estaba mejor de lo que esperaba y decidí darme un homenaje. Y es que mi psiquiatra me ha diagnosticado TACAH (Transtorno de Adquisición Compulsiva de Artefactos Hinchables) y me ha dicho que el único traramiento que garantiza la curación es ponerme una camisa de fuerza y encerrarme en una celda acolchada..
Como ya he repetido ad nauseam, mi kayak principal es un packraft. Tengo un segundo packraft muy ligero (realmente, fue el primero que tuve), un Klymit Litewater, pero, aunque le tengo mucho cariño, reconozco sus limitaciones: con sus 1300 gramos, está en el lado pesado de lo ultraligero, y sus cualidades de velocidad y navegación son bastante limitadas. Me apetecía un packraft ultraligero de verdad (1000 gramos como mucho) y que tuviera unas cualidades de navegación relativamente buenas. Al final, acoté mi lista a dos candidatos: el Alpacka Ghost y el Anfibio Nano SL. A favor del Anfibio, estaban su precio y su construcción con un material relativamente robusto. A favor del Alpacja, unas formas más marineras y la calidad y el prestigio asociados a la marca. Pero, consultado el importador para la UE de Alpacka, me dijeron que tendrían que fabricármelo, porque no había en stock. Eso significaba un mínimo de 4 semanas, más una adicional para traerlo de EE.UU. ... si no había imprevistos. Como me despistara, iba a recibir el packraft para septiembre. O sea que opté por el Anfibio Nano SL. 205 cm. de eslora y 87 manga, 830 gramos (1000 con "todos los llenos hechos, es decir, incluyendo la bolsa de inflado y la correa para plegarlo)... ligero de verdad. Ayer lo probé en el mar, con olas de 30 cm. y viento de fuerza 3, y, la verdad es que cumple. Evidentemente, mi querido Kokopelli Rogue Lite vamejor, pero para mi objetivo (llevármelo en viajes y salidas improvisadas), creo que cumplirá miy bien.
Pero, además, necesitaba una pala. Y, ultraligeras de verdad, solo hay dos candidatas: la Anfibio Fly y la Supai Olo. Ambas pesan menos de 500 gramos (480 la Fly y 420 la Olo). La Fly tiene unos cuantos lujos (longitud regulable entre 190 y 210 cm. y ángulo de las palas regulable), pero las críticas que he leído sobre ella dicen que tiene muy poca superficie de las palas y que, además, son demasiado flexibles. Aunque la Olo es más cara y más espartana (longitud fija de 200 cm y ángulo de las palas fijo a 0°), me decidí por ella. Y, la verdad, es que la superficie de las palas es generosa y su ligereza, impresionante. Sin embargo, la pértiga tiene muy poco diámetro, lo cual la hace un poco incomoda a la hora de palear. Pero, además, al ser la pértiga de aluminio anodizado, al mojarse, resbala mucho. Y (después de todo este rollo), aquí viene mi pregunta: he pensado en forrarlas con material antideslizante, pero he mirado en Internet, y todo lo que he encontrado tiene forma tubular ("de manguera"). Al tener la pértiga un diámetro mucho más pequeño de lo normal, no van a encajar. Había pensado en algo tipo "cinta" o "venda", como lo que se usa para los mangos de las raquetas de tenis. Lo que me preocupa es que aunque endulzo el material después de cada salida, se vaya formando por debajo una capa de humedad y salitre que acabe debilitando y oxidando la pértiga. ¿Qué consejos podéis darme? ¿Qué materisl y marca me podéis recomendar?
¡Gracias!