Recuerdo los tiempos en los que apenas hubo edificios en la costa. Bajamos la costa mediterránea con los kayaks en la autocaravana y pensé :"ojalá no cometan los errores de Italia y Francia".
Aqui lo hicieron aún peor, pero los políticos no son los únicos culpables, sino todos nosotros.
Parte del problema radica en que medio país quiere pasar las vacaciones en la costa y en vez de escalonar las fechas de las vacaciones, se cierran fabricas y administraciones públicas, para venirnos todos juntos como una verdadera marabunta.
Hemos hecho uso de de la costa, moldeandola a esa necesidad, como siempre se ha hecho uso de la naturaleza sin comprenderla, y con un modelo equivocado.
El concepto de la segunda residencia privatiza la costa cachito a cachito, cada uno de ellos para una sóla familia, que por regla general acude una vez al año: del 1 al 25 de agosto. Y los pueblos desaparecen entre las macroinstalaciones que se van afeando con el tiempo, porque sus dueños relinchan ante la subida de precios de todo, incluido el mantenimiento, que más de uno simplemente deja de pagar, porque el sigiente verano aún queda lejos ....