¡Pues no se que problemas de credibilidad, teníais con la corrección del compás!
El oficio de calibrador o compensador de bitácoras, es tan antiguo, como la navegación por estima.
En la actualidad, lo suelen realizar capitanes de la marina mercante, autorizados por la administración pública, que certificarán el correcto funcionamiento de este elemento. Esto lo podrá corroborar el compañero Saylor.
Cada cierto tiempo las bitácoras de a bordo, han necesitado de una corrección o calibración. Según la legislación de cada país, cada año o cada dos, o cada vez que el buque haya permanecido atracado o en “dique seco”, mucho tiempo, orientado hacia el mismo rumbo. También, cuando se sospeche a que debido a las cargas que se han transportado (si han tenido influencias sobre esta, en caso de portar magnetita u otros minerales). O por modificaciones en la superestructura del buque o instalaciones de nuevos elementos eléctricos o electónicos, que ejerzan alguna fuente de electromagnetismo que altere o artefacten a la bitácora.
Los calibradores, utilizan un juego de imanes (de distintas potencias y tamaños) y los van instalando en distintas partes del mueble de la bitácora, consiguiendo una corrección en la aguja afectada.

Imagen de un abitácora. Se aprecian las dos "esferas Thompson", para corregir posibles interferencias en la aguja, provocadas por elementos metálicos en la carga o el propio buque, así como elementos eléctricos o electrónicos en el puente. También se apreciam algunos compartimentos en el mueble de la bitácora, en donde se alojan los imanes compensadores.

Orificios en el pié o mueble de la bitácora, en donde se alojan diferentes imanes, de distinrta potencia, con el fin de correjir los devios anormales de la aguja.

Esquema de los distintos emplazamientos de los compensadores de una bitácora.
También actuan sobre las esferas de hierro dulce (esferas de Thompson), alejando o acercando estas a la aguja, para eliminar las influencias o artefactos presentes.
Respecto a las brújulas o compases de mano, el que no se quiera “arriesgar”, cualquier “taller de relojería de pueblo”, puede reparar una brújula (aunque ya sabeis el método que utilizan para ello y creo que ya no necestais gastar dinero en esa reparación).
Respecto al bloqueo de la aguja, casi todas las brújulas o compases (por no decir todas), se bloquean si se ponen “boca abajo”, ya que el eje, deja soportar al cubilete y la aguja )o el limbo móvil, en caso de ser de limbo móvil), quedan por gravedad, sujetos o pegados, a la esfera o cristal del compás. En algunos modelos, se bloquean colocándolas inclinadas, impidiendo así que la aguja o limbo, gire libremente (todo esto, ya lo comenté hace meses).
En definitiva, que todas las brújulas o compases, se pueden reparar y corregir, a excepción de los que hayan sido golpeadas y su eje doblado o partido, o las que por desgaste del eje, la aguja no gire libremente o lo haga “a saltos”.
En mi época de militar, me enseñaron unas pautas a seguir para conservar la brújula y hoy en día, trato de inculcarlo, cuando imparto cursos de orientación y cartografía.

En el caso de una brújula de montaña, el mejor sitio para transportarla es en "la seta", "gorro" o bolsillo superior de la mochila, en posición horizontal invertida.
De esta forma, la brújula no sufre desgastes en el cubilete, ni deformaciones del eje (¡ojo, evitando colocar elementos magnéticos o electromagnéticos a su lado!). Si la colocamos horizontalmente y en posición de uso, el cubilete (que suele ser de bronce o latón), sufrirá un continuo desgaste, por el rozamiento con el eje, en el que va en equilibrio (y que es de acero).
Al cabo del tiempo (y dependiendo de la calidad de los materiales), notaremos que el giro de la aguja, presenta unos saltos (prueba del deterioro por desgaste del cubilete). En este caso, desecharemos la brújula, pues sus lecturas no serán de fiar.
Jamás, se llevará en posición vertical, pues con impactos y saltos fuertes, puede doblar el eje. En esta posición, también es afectada por campos magnéticos.

Tan solo se llevará en horizontal y en posición normal de uso, cuando por razones imprescindibles, pueda estar sometida a campos magnéticos (aunque de todos modos, no es la mejor forma de transporte). De esta forma, si existiesen campos magnéticos a su lado, la aguja de la brújula, se orienta, negativamente hacia estos, sin que se vea perjudicada o afectada su polaridad.
Rajqui. Como no tienes nada que perder y no creo que esté todavía en garantía como la vez anterior, prueba a forzarla, como te dijeron la vez anterior.
Colócala junto a un imán y deja que la aguja se posicione. Marca el imán, por el sitio que mas afecta a la aguja (si la parte que atrae la aguja es la roja o norte, haz una "N" de Norte). Invierte la brújula (en posición horizontal invertida) y esta vez deja un buen rato el imán junto a esta, pero (como la aguja está "boca abajo" y no podrá girar sobre su eje), lo colocas con el signo contrario, o sea, si antes has marcado el imán en su cara norte, haz coincidir esta marca con la aguja sur de la brújula.
Prueba varias veces, hasta que consigas volver a polarizar la aguja correctamente. Si no lo consigues, prueba con otro imán mas potente.
Cuando puse estos esquemas, no me estaba inventando nada, ya que llevo dedicandome a esto, desde hace mas de veinticinco años, Claro que los habrá lo suficiente necios y obtusos de mente, como para creer en la ley de la gravedad, solo cuando se han caido al suelo.

Saludos.
