http://www.abc.es/20110428/medios-redes/abci-remo-australia-201104280953.htmlOskar era un contratista eléctricode Hamburgo y su aventura comienza en 1932
Entre las anotaciones más votadas por los usuarios en Bitacoras.com durante las últimas horas, destaca una curiosa entrada publicada en el blog Visión Beta que relata una de las mayores aventuras acuáticas llevadas a cabo por un ser humano.
Su protagonista es Oskar Speck, un avezado piragüista alemán que consiguió remar con su kayak desde Alemania a Australia durante un periodo de siete años. Oskar era un contratista eléctrico de Hamburgo y su aventura comienza en 1932, en plena depresión del periodo de entreguerras, cuando se queda desempleado en un país con una situación económica crítica. En ese momento decide armarse de valor y emigrar a Chipre donde había escuchado que podría encontrar trabajo en las minas de cobre.
Su intención inicial era viajar hacia el sur partiendo desde Ulm, remando primero a través del río Danubio y más tarde por el Egeo y el Mediterráneo, siempre bordeando la costa, a una media de 16 horas de remo y volviendo a tierra cada noche para dormir. La embarcación tripulada por nuestro aventurero era un Kayak plegable, con capacidad para dos personas y modificado para adaptarlo a su travesía. Medía unos 5 metros y medio, y en él transportaba una carga total de 294 kilos, entre la que se incluia una brújula, remos de repuesto, cartas marinas, contenedores herméticos donde llevar películas y cámaras, tanques de agua dulce a los costados, conservas de carne, sardinas, ropa, e incluso una pistola. Más tarde, en sus memorias, el alemán calificaría a su particular kayak como «un billete de primera clase para viajar a cualquier lado».
Amasó una gran fortuna
Pero cuando estaba llegando a su destino, Speck cambió de opinión y su objetivo se tornó más ambicioso. Pensó que sería capaz de seguir remando hasta Australia, a través de Oriente Medio, la India y el sudeste de Asia. Una travesía en solitario de más de 55.000 kilómetros en la que viviría todo tipo de anécdotas, problemas y peligros como el secuestro que sufrió en Lanko (Indonesia) por una tribú de indígenas. Finalmente pudo huir y proseguir su camino, también con el apoyo de una empresa patrocinadora que le suministraba kayaks de reemplazo.
La llegada de Oskar a las antípodas no fue como esperaba y el sueño se convirtió en pesadilla. En 1939 su Alemania natal ya era territorio Nazi, y por tanto, enemigo de Australia, así que no tardó en ser encarcelado acusado por su origen ario y un supuesto espionaje (poco ayudó que alcanzara la costa con una pequeña bandera en la proa de su kayak con una cruz esvástica). Tras salir de prisión, desarrolló una nueva máquina para procesar ópalo y otras piedras preciosas, con la que amasaría una buena fortuna. Tras su fallecimiento en 1995, muchos de los equipos empleados en su mítica expedición fueron donados al Museo Nacional Marítimo de Australia, en Sydney.