
Comparto al 100% vuestras opiniones (todo tiene un límite). Pero desde mi experiencia, prefiero todavía que vayan acompañados de un guía (a que vayan solos), que les vaya diciendo donde deben de asomarse y donde no. Donde deben de andar y donde no. Que tienen que pisar y donde no, etc.

Muchos documentales, programas televisivos de aventura (como “Desafío Extremo”, “Al filo” y todos aquellos documentales de la 2, y similares), libros, revistas de montaña y de viajes de aventura, potencian la curiosidad del “espectador/lector”, por experimentar en primera persona, de esos paisajes, experiencias, actividades, etc.

La mayoría de ellos, no contrata a una empresa o guía y se compran una mochila en el “Decartón”, unas botas de trekking (buscando mas la conjunción de la estética, con unos “molones” pantalones “multibolsillos”, que su efectividad) y se echan al monte, con mas o menos suerte.
¡Esos si que son peligrosos! 
No tienen a nadie que les asesore, que les guíe, que les prohíba hacer “cualquier cosa”.
Pero la eterna pregunta: ¿Quién le pone puertas al campo? ¿Quién da la “licencia” para acceder a la naturaleza? ¿Dónde está el límite? 
Jamás he sido partidario de las prohibiciones, pero la prohibición por las autoridades medioambientales de acceso a no pocos sitios, que hay hoy en día, es la única solución (aunque no la comparto al 100%).
Como dato, yo soy espeleólogo desde los 14 años (hace 30 años). Cuando empecé, pertenecía a uno de los grupos que se opusieron frontalmente y con denuncias, a las canteras de yesos de Sorbas (Almería). Que han hecho desaparecer hoy en día, el 80% de este fabuloso paraje. Fuimos personas “non grata´s” en el pueblo durante muchos años y teníamos que acceder a ellas, bajo el amparo de la noche, para que no nos viesen “los de las canteras”, pues mas de una vez, nos persiguieron para lincharnos.
Finalmente, conseguimos que se le diese la importancia que tiene la zona y se le diese la calificación de “Paraje Natural”. Las canteras quedaron limitadas en su progresión (aunque demasiado tarde). Muchísimas cuevas (se conservan incluso las topografías), hoy han desaparecido.

Como Paraje Natural ("Karst de Yesos de Sorbas”), la administración (Agencia de Medio Ambiente), puso incluso a un par de guardas para su custodia (dos “garrulos”, familia del alcalde y concejal respectivamente a los que por falta de estudios, no pudieron “enchufarlos” en el Ayuntamiento). Incluso montaron su propia empresa de turismo activo (no voy a pronunciar su nombre, pues me da bastante asco).

La anécdota, es que para que mi club (federado, por supuesto), pueda acceder a alguna cueva o sima del Paraje,
tenemos que solicitarlo por escrito, con mas de quince días de anterioridad, con un proyecto y justificación de la actividad, fotocopia del DNI del responsable del grupo, una fianza económica, que después de que uno de esos “garrulos” nos “supervise”, antes y después de la actividad, nos devolverán.
Sin embargo su empresa, desde su creación, ha estado metiendo sin control en estas cavidades, a miles de excursionistas (autocares enteros), escolares, incluso de la tercera edad.

Los destrozos en el interior de las cuevas, se pueden apreciar en fotos de mis primeros tiempos y las actuales.

Hace unos años, participé en un Campamento Provincial de Espeleología, en el que nos propusimos hacer una “limpieza simbólica”, de una sola de esas cuevas que visitan masivamente, dichos “terroristas ambientales”.
Sacamos mas de 400 kilos de basura y entre ellas, un porcentaje de “alto poder de contaminación” (como pilas alcalinas y linternas enteras), en el interior del curso del agua. 
Respecto a actividades de montaña, descenso de barrancos, senderismo, escalada, etc. Tengo para escribir un libro entero, con atentados similares, pero prefiero no aburriros.
Saludos.
