Esta mañana he vivido una situación de esas que puede ser una mera anecdota o convertirse en algo más serio, según las circunstancias que te rodean: en el agua y sin posibilidad de alcanzar el kayak.
Es increible lo facil que puede complicarse las cosas con algo de oleaje y con cansancio en el cuerpo.
Como casi todos los sábados, salida matutina. No se si había marejada o marejadilla, el caso es que el mar se estaba poniendo cada vez más "bonico". Al poco de salir tengo problemas con la cuerda que une el remo, se me lía y me caigo, se suelta el remo y tengo que nadar hasta alcanzarlo. Con el oleaje tengo que reembacar varias veces. Después, unos surfeos bastante aseaos, me doy cuenta que estoy cansado. Al volver a ir contra el viento me caigo más de lo normal y decido tirar para el puerto. Antes quiero comunicarlo a los compañeros que me habían dejado más atrás. Así que me acerco y justo cuando paso frente a ellos, al girar para ir a puerto me vuelvo a caer y la ola se lleva el kayak unos 5 o 6 metros, y una segunda lo deja fuera de mi alcance.
Menos mal, que mis compañeros estaban al loro de todo y, sobretodo, que se trataba de los titos PEPE Y MONTI. Después de unos 10 minutos de operación, Pepe echó el lazo al kayak y Monti me remolcó con maestría al son de "Como una ola". Conseguí alcanzar puerto, con las fuerzas más que justitas y el estómago vuelto del revés.
Compañeros: cuidado con los sobreesfuerzos, cuidado con el oleaje y rodeaos de buena gente cuando salgais.
Monti y Pepe: la próxima vez dejadme pagar el almuerzo. Ahora os debo 2.