El último día de paleo llevaba esta tabla en mente, ya que atravesé la ría de Ferrol en su punto más estrecho, cuando había unas mareas con una diferencia de 4 metros entre baja y alta. Lo curioso es que intenté hacerlo cuando se supone que la corrientada es menos intensa, pero al verme allí en medio, hasta llegué a dudar de si memoria no fallaba, al ir bien, pero al volver, joer, cómo empujaba la condenada

y remolino por aquí, contracorriente por allá, vigilando si venía algún barco, etc...