Un día magnífico y disfrutado a tope.
La travesía -desde Cabo Roche hasta la desembocadura del Río Salado- tuvo su gracia con el viento y la mar de leva a favor. Un buen calentamiento y algún planeo. La vuelta, con el viento y la mar en contra, fue todavía mejor, añadiendo algún roción que lo hizo más divertido. Además, si alguno tenía resaca del día anterior, sirvió para terminar de despertar...

Para rematar, las cervezas y la paella en el chiringuito... ¿Alguién de más...?
Gracias al Club Conil Kayak y a Suroeste por este día. Hasta la próxima...