Tanto para las gafas de sol, como para las de ventisca (en montaña), como las de buceo, la saliva me ha ido siempre bien. Es una solución barata y eficiente en unos minutos e incuso horas (dependiendo de la composición de la saliva, de los cambios de temperatura y de la humedad).
Para unos resultados mas duraderos en el tiempo (para el parabrisas del coche o la pantalla del casco de la moto), siempre he utilizado un “anti vaho” (la fécula de la patata, también lo he probado y con buenos resultados, aunque siempre hay que aplicar un paño después para no dejar marcas). Antes, utilizaba una esponja de la marca Krafft, que va impregnada con un producto “grasiento”. Se aplica a toda la superficie del cristal y su efecto, dura bastantes horas e incluso días. Ahora lo utilizo en espray (de la misma marca) y se aplica con un paño suave.
Otra solución casera y con muy buenos resultados, es mezclar alcohol de quemar con glicerina al 50 %. Igualmente, se aplica con un paño suave en toda la superficie.
Tanto el método casero, como el de marca, hacen que no exista condensación y las gotas de agua (tanto de lluvia, como de salpicaduras), corran hacia abajo rápidamente, sin dejar rastro, durante muchas horas.