aquí en Valencia he visto a gente en muchedumbres con muchos casos diarios de lipotimias y las mamás con sus carritos y los bebés para ver la mascletá, es decir, bebés con el oído todavía en formación y le llevan a lo que más se parece a un bombardeo. Inexplicable. Y por si fuera poco, con el carrito, que si pasa lo que sea y se mueve la gente demasiado rápido, raro va a ser que no acabe alguien sentado en el carro chafando a sus bebés. Pues todos los años veo cosas así. No sé ni qué pensar.
En olas de mar he visto grandes, pero no he visto un Atlántico embravecido, así que sólo puedo opinar por la tele. En Valencia, que raro es que las olas sobrepasen el espigón del puerto, hace muchos años una ola tiró al agua un coche que había dentro del puerto. Nadie había visto nada igual, pero también es verdad que ya no aparcan

. Sí que es verdad que con los temporales como los recientes en las costas mediterráneas, todos los años desaparecen varios paseos, los chiringuitos y hasta los columpios, como muestra de que no suele pasar nada ahí, pero sí pasa. Vaya si pasa.
En Pirineos he visto empezar el ascenso a picos de 3.000 y más a 2 señoras cogidas del brazo, como quien pasea la ruta del colesterol de su pueblo, con bambas de aquellas de loneta, sin casi suela, sin calcetines, el bolso al hombro y ni un jersey. Teniendo en cuenta que es recomendable avisar en el albergue si vas a hacer según qué rutas para que si pasa de determinada hora que empiecen a buscarte, es muy sorprendente tener que decirles algo cuando, al cruzarnos con gente que bajaba, preguntaban si faltaba mucho para llegar "arriba". Caray, con ese equipo técnico van a llegar "arriba" más pronto que tarde, pero a otro arriba más arriba que te abre la puerta San Pedro. Sí, la ignorancia es muy atrevida.