Este fin de semana hubo una nueva salida y aquí está una nueva entrega de Diario de un novato en kayak. Lo primero era resolver mis problemas con el mamparo del tambucho de popa. Estaba hasta el moño de que me entrara agua y me puse manos a la obra hasta resolverlo. El mismo viernes aún estaba sellando aquello:
http://www.kayakdemar.org/index.php?topic=20714.0. Al final me fui antes de las 24 horas de cuarentena de la reparación con MS tech, pero sin problemas. No entró ni gota.
Viendo mi última salida parece que salgo una vez al mes. Vaya palista de pacotilla estoy hecho. Eso sí, salidas serias

. Este fin de semana he ido a una pseudoquedada para hacer el Cabo de la Nao. Que si Javea, que si Moraira, que si el viento... hasta el día antes no sabía ni a dónde había que ir para la salida. Bueno, ni si llevar comida o dinero, ya que estamos. Finalmente fue a la Playa del Moraig en Benitaxell, ir hasta Portichol y volver. Unas 5 horitas nos salieron, más de 20 kms y nuevamente volvia a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Ah, y con bocadillo en bolsa estanca. Por el camino alcancé a Josemi que me dio el alto porque se me movía el kayak ya casi en la salida a Teulada. Un aprentoncito a una correa y listo. No quise apretar mucho por la reparación del mamparo de la tarde anterior y por lo visto se movía un poco, pero todo ok. Creo que hubiera llegado, aunque sí que iba un poco flojo.
Me vino bien para llegar juntos, pues él iba con GPS y yo de memoria. Fuimos los segundos, pues Mintxomais ya nos esperaba allí. Una vueltecita por la cueva mientras llegaban el resto de convocados. Bajar los kayaks a la playa y con más o menos una hora y 20 minutos de retraso, salimos a palear. Siempre se aprende algo y algunas veces te lo tienen que recordar. Yo me he ido quedando retrasado todo el tiempo y me insisten en que hunda más la pala hasta mojarme la mano. Caray, que es una groe. No creo que haga falta meterla tanto, pero bueno, la fui hundiendo un poco más. También aprendí que para ir contra el viento, mejor poner la carga delante -si es que llevamos carga-.
Mi kayak es curiosamente muy asimétrico, es decir, tiene mucho más kayak hacia delante que hacia atrás. En la mayoría de kayaks que veo se sientan más centrados. No sé si es bueno o malo tenerlo así, pero vamos, que me quedo el último. No sé si la forma de mi kayak me penalizó durante la ruta, pero la verdad es que ni poniendo todo mi empeño conseguía mantener el ritmo de los demás más allá de unas pocas paladas. Se me iban siempre. Eso es un poco frustrante. Bueno, eso y el ver que desde tan lejos por delante, si me caigo al agua no me va a ayudar nadie. En algunos momentos no veía las diferencias entre esto y eso tan peligrosísimo que dicen que es lo de salir solo, la verdad. Giraban un cabo y 10 minutos después lo giraba yo. 10 minutos sin ver a nadie. No sé si es culpa mía, pero no me gustó. A lo mejor hay que pegarse a alguien como una lapa o hacer una instancia para que te echen un ojo de vez en cuando y yo no lo sabía... No sé, pero por lo visto voy a tener que aprender concienzudamente a sacarme yo solito las castañas del fuego, visto lo visto. Al menos llegaba a las cuevas y todavía quedaba alguien dentro, con lo que salgo en algunas fotos. Algo es algo. A lo mejor es que todavía no conozco a casi nadie y todos son más amiguetes y hacen peña juntos mientras yo voy por libre mientras no me compinche más. No sé.
Me entran muchas ganas de pillarme de una vez una cámara acuática. Los vídeos que han puesto me han gustado mucho y el salir en esas fotos, pues como que me mola. Ahora estoy dando el coñazo a los amigos con mis fotos del kayak. Caray, eso no lo hacía con las motos. Bueno, igual es que no me hacía fotos en marcha con el móvil... que también puede ser. El caso es que me apetece más salir en kayak que en moto, aunque el lunes tuve una reunión en Segorbe con un cliente y me volví por las curvas de Serra por aquello de no perder mano con la X11. Esto de tener dos aficiones tan individualistas es un poco puñetero. Me apetece ir a las dos cosas, pero ahora mismo me da más vidilla seguir aprendiendo a ir mejor en kayak. Lo malo es que me están llamando traidor los amigos de las motos. UFFF, qué celosos!!
El brico del nuevo mamparo aguantó muy bien y yo aguanté bastante bien las 5 horas de paleo. Llegué el último con diferencia, pero muy contento. Bueno, contento, sudado como una mona y cansado. No he llegado a coger agujetas, pero esa noche ronqué como si lo fueran a prohibir. Ya me autoexhilié al sofá para no tronar a mi santa... y aún así me oía!.
Para la vuelta a Valencia probé una cosa. Puse una linterna de 60 leds -que siempre llevo en el coche-, encendida dentro del tambucho trasero, con el kayak encima de la baca del coche. Así iluminaba el kayak desde dentro. No sabía si se iría apagando la luz en los 140kms de vuelta, si molestaría, si se vería bien, si de las vibraciones se estropearía la linterna... pero el caso es que aguantó. Incluso fui un rato delante de una furgo de la GC ya casi llegando a Valencia y no me dijeron nada, así que doy por bueno el invento. Se nos ve más y refuerza la labor de la V20. Aquí la muestra de una foto a oscuras y sin las luces del coche encendidas que hice al salir del peaje. Algo hace:

Este año parece que nos vamos a saltar el invierno, porque no es que sea muy normal que a sol puesto estuviéramos cambiándonos la ropa mojada y me viera a pecho descubierto a final de enero, en la sombra junto al mar pasadas las 17:30 y no sentir ni frío. La verdad es que hizo bueno. Demasiado bueno. Vamos, una sauna allí dentro del anorak. Las ideas de abrigarse para la temperatura del agua, que te hacen sudar como si corrieras la maratón de New York. Iba tirándome agua por la cabeza para refrescarme. Final de enero. ¿estamos todos locos o qué pasa con el clima? Con un traje seco debe ser de lipotimia...