Resulta que vendo mi kayak porque me apetece y observo que mi kayak mañana se vende por 100 Eur más y alguien lo compra. Como no me parece bien, intervengo y advierto al posible comprador que yo vendí mi kayak por 100 Eur menos de lo que te pretenden cobrar a ti un año más tarde.
Vale, visto así reconozco que parece poco ético, de acuerdo.
Ahora bien, sin necesitar de introducir pepitas de oro, a ese kayak le pongo en su día tapas nuevas, asiento nuevo, un compás, le reparo la orza que estaba jodida, y además lo arreglo porque, ay va, también estaba jodido ( y no me lo han dicho ). Cuando acabo con todo eso, le pongo las asas y los cabos y una pegata de vinilo pero ésta vez no oculto ninguna rotura, y me apetece venderlo por 100 Eur más de lo que me costó en origen.
Además, me traigo una niña bielorusa tres años, participo en médicos sin fronteras, en un banco de alimentos y suelo ser generoso con los necesitados, de echo, me traje a un chico a mi casa a dormir y a comer un fin de semana porque me lo encontré durmiendo de madrugada en un banco del parque que tengo delante de mi casa y no tenía a donde ir. El lunes lo llevo a una residencia para indigentes y se hacen cargo de él.
Y así blablablá... podemos seguir hablando de tontos, beneficios, capitalismo y de lo buenísimos que son unos y lo malísimos que son otros y seguimos sin tener ni p. idea de quién es quién y qué mas da, ya estamos condenando al infierno al infiel, eso sí, con muy buen rollito y con espíritu inuit. Perfecto. Yo prefiero informarme bien antes de juzgar. Un saludo.