Por segundo año consecutivo y atravesando tormentas y vendavales durante el viaje, los granaínos de los kayak groenlandeses blancos, llegamos ya de noche al Club Caleta para descargar nuestros kayak y que pasaran la noche con esas vistas que no me canso de contemplar. L@s mariner@s del club como siempre muy atentos y amables, facilitando en todo momento cualquier necesidad. Después de cenar y dar un paseo por el centro de Cádiz, nos fuimos a descansar.
Llegamos temprano al Club y preparamos todo el equipo para disfrutar de lo que el año pasado no se pudo, por lo "divertido" que se puso el mar. Tras el briefing y calentamiento previo, nos dirigimos al Puente Canal, que pasamos a duras penas, porque la marea no espera a nadie y estaba bastante baja ya a esas horas.
Rodeamos el Castillo de San Sebastián, sus impresionantes murallas y continuamos para buscar realizar un "pipí stop" en una playa muy pequeñita. Continuamos viendo ya el, impresionante desde el agua, Baluarte de la Candelaria y sus troneras. De ahí a la Alameda de Apodaca y al Parque Genovés.
En este punto se dividió el grupo, por un lado los que preferían volver ya y por otro mayoritario los que paleamos hasta el Faro de las Puercas y tras rodearlo pusimos rumbo a La Caleta.
Unas papas con choco y cervezas nos esperaban a nuestra llegada. Durante la comida algunos conversamos de carnaval, otra de mis pasiones y a través de la cual me enamoré de Cádiz.
Ya estoy deseando volver a disfrutar de Cadi, Cadi, Cadi, de su gente y de su entorno.
No puedo terminar este pequeño resumen, sin agradecer a Jose, Ainhoa y al resto de los componentes del Club Caleta toda la amabilidad y trabajo derrochado para hacernos disfrutar tanto en estas concentraciones.
"...como no voy a ser rico, poderosamente rico, Cai estado junto a ti"
